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martes, 20 de noviembre de 2012
Ordinario de la Misa: XXXIII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 21 de noviembre, 2012
Ordinario de la Misa: XXXIII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 21 de noviembre, 2012
Presentación de la Santísima Virgen María
Memoria
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios
Antífona de Entrada
Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.
Oración Colecta
Oremos:
Al celebrar hoy la festividad de la Presentación de la santísima Virgen María, te suplicamos, Señor, que por intercesión suya, podamos participar de la plenitud de tu gracia.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del
Apocalipsis del apóstol san
Juan ( 4, 1-11)
"Santo es el Señor, soberano de todo: el que era y es y viene"
Yo, Juan, en la visión vi en el cielo una puerta abierta; la voz con timbre de trompeta que oí al principio me estaba diciendo: "Sube aquí, y te mostraré lo que tiene que suceder después."
Al momento caí en éxtasis. En el cielo había un trono y uno sentado en el trono. El que estaba sentado en el trono brillaba como jaspe y granate, y alrededor del trono había un halo que brillaba como una esmeralda.
En círculo alrededor del trono había otros veinticuatro tronos, y sentados en ellos veinticuatro ancianos con ropajes blancos y coronas de oro en la cabeza. Del trono salían relámpagos y retumbar de truenos; ante el trono ardían siete lámparas, los siete espíritus de Dios, y delante se extendía una especie de mar transparente, parecido al cristal.
En el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes cubiertos de ojos por delante y por detrás: El primero se parecía a un león, el segundo a un novillo, el tercero tenía cara de hombre y el cuarto parecía un águila en vuelo. Los cuatro seres vivientes, cada uno con seis alas, estaban cubiertos de ojos por fuera y por dentro. Día y noche cantan sin pausa: "Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo: el que era y es y viene."
Y cada vez que los cuatro seres vivientes dan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, adorando al que vive por los siglos de los siglos, y arrojan sus coronas ante el trono, diciendo: "Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial: Salmo 150
"Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo."
Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas.
Alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta alabe al Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (19, 11-28)
Gloria a ti, Señor.
"¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?"
En aquel tiempo dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén y se pensaban que el Reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro. Dijo, pues: "Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negociad mientras vuelvo".
Sus conciudadanos, que le aborrecían, enviaron tras de él una embajada para informar: "No queremos que él sea nuestro rey". Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: "Señor, tu onza ha producido diez". El le contestó: "Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades". El segundo llegó y dijo: "Tu onza, señor, ha producido cinco". A ése le dijo también: "Pues toma tú el mando de cinco ciudades". El otro llegó y dijo: "Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo porque eres un hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras". El le contestó: "Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses".
Entonces dijo a los presentes: "Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez". Le replicaron: "Señor, si ya tiene diez onzas". Os digo: "Al que tiene se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a esos enemigos míos que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia"". Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
El paso por Jericó, de camino a Jerusalén, está caracterizado por tres transformaciones. La tercera es la eficacia de los administradores que, en la parábola, trabajan en la ausencia de su rey. Era común en esa época que los príncipes de los pequeños reinos recibieran el título de manos de emperadores o reyes más poderosos. Los administradores eran hombres de confianza y de probadas capacidades. Por esta razón, la reacción del administrador inútil que denigra de su patrón, pone en evidencia la ineficacia de su gestión y su encubierto acuerdo con los enemigos del rey. Con esta parábola el evangelista Lucas nos prepara para comprender el ascenso de Jesús a Jerusalén y su confrontación con los administradores inútiles que convirtieron al Israel de esa época en un pueblo miserable e inconscientemente opuesto a la voluntad de Dios. Las manos que tenían los recursos para obrar el bien y preparar el retorno del rey, se volvieron inútiles e incluso se preparan para deponerlo. En la vida cristiana ocurre algo semejante. Dios nos da todas las capacidades y los recursos para que nuestras manos continúen su obra creadora; sin embargo, podemos caer en la tentación de olvidarnos de su voluntad e incluso de crear realidades contrarias a su venida.
Oración sobre las Ofrendas
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Santa María Virgen I
Maternidad de la
santísima Virgen María
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la memoria de Santa María, siempre virgen:
Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo y sin perder la gloria de su virginidad, hizo brillar sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor.
Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Ha hecho en mí maravillas el todopoderoso, cuyo nombre es santo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Fuentes: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org
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