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martes, 12 de abril de 2011

Ordinario de la Misa: Antífonas, Oraciones, Lecturas y Propios. Miércoles V de Semana de Cuaresma. Ciclo A. 13 de abril 2011

Miercoles 13 de Abril, 2011
Bendito seas, Señor, para siempre
Feria de la 5a. semana de Cuaresma
Señor, haz que seamos fieles a tu palabra
Antífona de Entrada
Tú me libras, Señor, de la ira de mis enemigos, me haces triunfar sobre mis adversarios y me salvas del hombre malvado.
Oración Colecta
Oremos:
Ilumina, Señor, el corazón de tus hijos, purificado por las penitencias cuaresmales y concédenos manifestar en nuestra vida el deseo de servirte que nos has inspirado.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Daniel (3, 14-20. 49-50. 91-92. 95)
En aquellos días dijo el rey Nabucodonosor: “¿Es cierto, Sedrak, Mesak y Abednegó, que no quieren servir a mis dioses, ni adorar la estatua de oro que he mandado levantar?
Pues bien, si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír sonar el cuerno, la flauta, la cítara, el salterio, la chirimía y toda clase de instrumentos, se postren y adoren la estatua que he mandado hacer. Pero si no la adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno encendido. ¿Y qué dios podrá librarlos entonces de mis manos?”
Pero Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey Nabucodonosor: “No es necesario responder a tu pregunta, pues el Dios a quien servimos puede librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos; y aunque no lo hiciera, sábete que de ningún modo serviremos a tus dioses, ni adoraremos la estatua de oro, que has mandado levantar”.
Entonces Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su rostro cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender el horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo acostumbrado.
Después ordenó que algunos de los hombres más fuertes de su ejército ataran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los arrojaran al horno encendido.
Pero el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a ellos, apartó las llamas y produjo en el horno un frescor como de brisa y de rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió, ni siquiera los tocó. El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó precipitadamente y dijo a sus consejeros: “¿Acaso no estaban atados los tres hombres que arrojamos al horno?” Ellos contestaron: “Sí, señor”. El rey replicó: “¿Por qué, entonces, estoy viendo cuatro hombres sueltos, que se pasean entre las llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece un ángel”.
Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: “Bendito sea el Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su ángel para librar a sus siervos, que confiando en él, desobedecieron la orden del rey y expusieron su vida, antes que servir y adorar a un dios extraño”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Daniel 3
Bendito seas, Señor,
para siempre.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso.
Bendito seas, Señor,
para siempre.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de tu reino.
Bendito seas, Señor,
para siempre.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines.Bendito seas, Señor,en la bóveda del cielo.
Bendito seas, Señor,
para siempre.

Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto.
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (8, 31-42)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en él: “Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderos discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Ellos replicaron: “Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: ‘Serán libres’?”
Jesús les contestó: “Yo les aseguro que todo el que peca es un esclavo y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre.
Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan de matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa de su padre”.
Ellos le respondieron:
“Nuestro padre es Abraham”. Jesús les dijo: “Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham. Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su padre”.
Le respondieron: “Nosotros no somos hijos de prostitución. No tenemos más padre que a Dios”. Jesús les dijo entonces: “Si Dios fuera su Padre me amarían a mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por él”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
“No soy dueño del mundo, pero soy hijo del Dueño”. Esta frase tan significativa se la había tatuado en un brazo un joven de condición muy humilde. Decía que le daba seguridad, dignidad y libertad. De eso mismo hablaba Jesús. El mensaje de Jesús produce la libertad que viene sólo de Dios, no de la dependencia a un linaje, ni a una elevada condición social. Para Jesús ser hijo se demuestra por la conducta, no por el mero nacimiento. Quien en su manera de proceder es embustero y homicida, no tiene por Padre a Dios. Este era el caso de los dirigentes judíos, que bajo pretexto de religión querían matarlo, afirmando que bastaba pertenecer al linaje de Abrahán para ser libres. Su conducta homicida muestra que no procedían de Dios, que eran hijos del Enemigo (diablo), el homicida desde el principio. La libertad de Jesús exige no amoldarse a ninguna religión oficial que, aliada con el poder, sea causa de muerte. Él será siempre el aliado de la vida y del respeto a la dignidad humana. Y nosotros, ¿seguimos a Jesús por ese mismo camino?



Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que tú has querido que te ofrezcamos para alabanza tuya y salvación nuestra.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de la pasión del Señor I
La fuerza de la cruz
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque en la pasión salvadora de tu Hijo diste a los hombres una nueva comprensión de tu majestad y una nueva manera de alabarla, al poner de manifiesto, por la eficacia inefable de la cruz, el poder del crucificado y el juicio que del mundo has hecho.
Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención y el perdón de los pecados.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Concédenos, Señor, que este sacramento que hemos recibido, nos purifique de todos nuestros vicios y nos confirme para siempre en tu
amistad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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