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miércoles, 20 de julio de 2011

Evangelio del Jueves XVI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 21 de julio 2011

Evangelio del Jueves XVI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 21 de julio 2011
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13,10-17
Gloria a ti, Señor
A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: "¿Por qué les hablas en parábolas?" Él les contestó: "A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: "Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure."
¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron."
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión:
El texto del evangelio de Mateo apunta a la finalidad de las parábolas proclamadas por Jesús: Los misterios del Reino de Dios sólo son revelados a los más pequeños y se pueden entender por la fe. Una vez más se plantea a los discípulos el tema de la ceguera y la sordera espiritual. Sin lugar a dudas, para Jesús, sus seguidores más inmediatos están en condiciones de entender la propuesta del reino, pero la gente del común no, y menos especialmente los fariseos y los maestros de la ley. No es que Jesús no quiera que la gente entienda su mensaje, sino que cuestiona, más bien, la imposibilidad de sus contemporáneos de entender su predicación del Reino. Es la creciente hostilidad y la negativa deliberada a comprender el mensaje de Jesús lo que les conduce a la condena y rechazo. Pero, por otro lado, los discípulos son bendecidos, porque son capaces de presenciar el acontecer de una comunidad y sociedad alternativa de acuerdo a los valores del Reino y de participar activamente en ella. La invitación es clara: sin la apertura espiritual, intelectual y social a la revelación del plan salvífico de Dios en la historia, no progresaremos en el acontecer de dicho plan.

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