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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Evangelio del Jueves XXIII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 8 de septiembre, 2011

Evangelio del Jueves XXIII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 8 de septiembre, 2011

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (1, 1-16. 18-23)
Gloria a ti, Señor.

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:
Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David.
David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías:
He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
La celebración de la natividad de la Virgen nos permite hacer un alto y meditar otras dimensiones del evangelio especialmente la dimensión mariana o femenina.
En la larga genealogía de los antepasados de Jesús que muestra el evangelio de este día, de por sí con un marcado acento masculino, sobresalen tres nombres de mujer.
Nos referimos a Tamar, Rajab y Rut; tres mujeres con tres historias que entrañan enseñanzas proféticas y liberadoras.
Tamar, en el libro del Génesis, quien decididamente se atreve a ejercer su derecho a la maternidad que la tradición patriarcal disimuladamente le niega; con su astucia y delicadeza femenina vence la ley que le margina.
Rajab, la prostituta de Jericó que salva la vida de los espías enviados por Josué; desobedece al rey y oculta a los israelitas de la guardia.
Rut, la extranjera (moabita), deja al descubierto cómo la legislación no favorece a las viudas y huérfanos negándoles el derecho a la herencia. Ella y su suegra luchan por ser integradas nuevamente en la familia, pero reclamando el derecho a la tierra que es como el derecho a la vida.

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