Ordinario de la Misa: Jueves XXX Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 27 de Octubre, 2011
Adoremos a Dios en su santo templo
Feria de la 30a. semana del Tiempo Ordinario
Sálvame, Señor, por tu bondad
Antífona de Entrada
Todo depende de tu voluntad, Señor, y nadie puede resistirse a ella. Tú has hecho los cielos y la tierra y las maravillas que contienen. Tú eres el Señor del universo.
Oración Colecta
Oremos:
Padre lleno de amor, que nos concedes siempre más de lo que merecemos y deseamos, perdona misericordiosamente nuestras ofensas y otórganos aquellas gracias que no hemos sabido pedirte y tú sabes que necesitamos.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los romanos
(8, 31-35. 37-39)
Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros? ¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 108
Sálvame, Señor,
por tu bondad.
Trátame bien, Señor, por ser quien eres y por ser grande tu misericordia, porque yo soy un pobre miserable, que lleva el corazón atribulado.
Sálvame, Señor,
por tu bondad.
Ayúdame, Señor, Dios mío, sálvame por tu bondad. Que reconozcan aquí tu mano y que tú, Señor, lo has hecho.
Sálvame, Señor,
por tu bondad.
Mi boca le dará muchas gracias al Señor, lo alabará en medio de la multitud, porque se puso en favor del pobre para salvarle la vida de sus jueces.
Sálvame, Señor,
por tu bondad.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en
las alturas!
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (13, 31-35)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: “Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte”.
El les contestó: “Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo curaciones hoy y mañana, y que al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo, hoy, mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!
Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan:
‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’ ”
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
Si Dios nos ama, si Dios está con nosotros, todo lo demás será pura consecuencia. Pablo hace una enumeración marcadamente retórica. Se hace eco, sin duda, de expresiones astrológicas empleadas en su tiempo y evoca una serie de fuerzas que los antiguos juzgaban más o menos enemigas del hombre; por esto no debemos tomar estas expresiones como una descripción detallada del mundo sobrenatural. Simplemente Pablo quiere resaltar que no hay nada capaz de separarle de Cristo.
Jesús en el evangelio nos muestra que no tiene miedo a los grandes del mundo. Camina hasta Jerusalén, para enfrentarse a la muerte, y así se cumplirá el plan de Dios, ya que su mensaje también será rechazado como el de los demás profetas. El templo será destruido, pero antes Jesús deberá hacer su entrada triunfal en Jerusalén. Jesús muestra tiernamente cómo cuidará y protegerá a su pueblo, como la gallina a sus polluelos. El pueblo estaba sólo, abandonado, rodeado de injusticias, de oposiciones, de mentiras y maldición; él les enseña y les protege. Hoy, el evangelio nos invita a actuar en consecuencia, a estar atentos y a entender que Dios es y será siempre el defensor de los más necesitados.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio de alabanza que tu mismo instituiste, y realiza en nosotros la obra de santificación que con su muerte nos mereció tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Prefacio Común V
Proclamación del misterio de
Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos,
proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Bueno es el Señor con los que en él confían, con aquellos que no cesan de buscarlo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta comunión, Señor, sacie nuestra hambre y nuestra sed de ti y nos transforme en tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
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