Ordinario de la Misa: Viernes XXIX Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 21 de Octubre, 2011
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos
Feria de la 29a. semana del Tiempo Ordinario
Señor, que tu amor me consuele
Antífona de Entrada
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos. Muéstrate bondadoso conmigo y ayúdame a cumplir tu voluntad.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los romanos
(7, 18-25)
Hermanos:
Bien sé yo que nada bueno hay en mí, es decir, en mi naturaleza humana deteriorada por el pecado. En efecto, yo puedo querer hacer el bien, pero no puedo realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero; y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado, que habita en mí.
Descubro, pues, en mí esta realidad: cuando quiero hacer el bien, me encuentro con el mal. Y aunque en lo más íntimo de mi ser me agrada la ley de Dios, percibo en mi cuerpo una tendencia contraria a mi razón, que me esclaviza a la ley del pecado, que está en mi cuerpo.
¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, esclavo de la muerte? ¡La gracia de Dios, por medio de Jesucristo, nuestro Señor!
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 118
Enséñame, Señor,
a gustar tus mandamientos.
Enséñame a gustar y a comprender tus preceptos, pues yo me fío de ellos. Tú, que eres bueno y haces beneficios, instrúyeme en tus leyes.
Enséñame, Señor,
a gustar tus mandamientos.
Señor, que tu amor me consuele, conforme a las promesas que me has hecho. Muéstrame tu ternura y viviré, porque en tu ley he puesto mi contento.
Enséñame, Señor,
a gustar tus mandamientos.
Jamás olvidaré tus mandamientos, pues con ellos me diste vida. Soy tuyo, sálvame, pues voy buscando tus leyes.
Enséñame, Señor,
a gustar tus mandamientos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (12, 54-59)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Cuando ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover, y en efecto, llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede.
¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora?
Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
En muchas partes del Evangelio, Jesús reprende duramente a quienes le escuchan, por su falta de fe, su falta de confianza, por no darse cuenta de su presencia divina; y utiliza contra ellos palabras duras e hirientes, que producen escozor y rabia. Ellos esperarían otra cosa de ese hombre que habla de tantas cosas hermosas y que las habla con autoridad.
Para la generación de Jesús, lo importante es buscar el bienestar material, el cumplir literalmente la Ley, pero sin tener presente a Dios. Se realizan acciones por cumplir, no porque sean necesarias para la salvación, ni menos para ir construyendo el Reinado de Dios.
Y por eso Jesús los critica duramente, les reprocha el que saben ver los signos y señales que se producen tanto en el cielo como en la tierra, pero no son capaces de ver los signos que él les muestra a través de sus palabras y de su actuar, que va mucho más allá de un simple cumplimiento de la Ley.
Para Jesús, la vida debe ir más allá de sus propios afanes. Hay que experimentar en ella la presencia del Reinado de Dios.
Oración sobre las Ofrendas.
Dios nuestro, fuente de la paz y del amor sincero, concédenos glorificarte por estas ofrendas, y unirnos fielmente a ti por la participación en esta Eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común I
Restauración universal en Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos.
El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Como la cierva busca el agua de los ríos, así, sedienta, mi alma te busca a ti, Dios mío.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Tú que nos has instruido con tu palabra y alimentado con tu Eucaristía, concédenos, Señor, aprovechar estos dones para que vivamos aquí unidos a tu Hijo y podamos, después,participar de su vida inmortal.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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