Ordinario de la Misa: Sábado II Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 21 de Enero, 2012
Santa Inés, virgen y mártir
Memoria
Abre, Señor, nuestros corazones
Antífona de Entrada
Como las vírgenes prudentes, santa Inés conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que eliges a los débiles para vencer a los poderosos, te pedimos, al celebrar el martirio de santa Inés, que nos concedas imitar la heroica firmeza de su fe.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura del segundo libro de
Samuel (1, 1-4. 11-12. 17. 19. 23-27)
En aquellos días, después de derrotar a los amalecitas, David se fue a Siquelag y ahí permaneció dos días. Al tercer día llegó un hombre del campamento de Saúl, con los vestidos rotos y la cabeza cubierta de polvo. Llegó a donde estaba David y se postró en señal de reverencia. David le preguntó:
“¿De dónde vienes?”
El respondió:
“Vengo huyendo del campamento de Israel”.
David le preguntó:
“¿Qué ha pasado? Cuéntamelo”.
El respondió:
“El pueblo fue derrotado en la batalla y huyó. Muchos cayeron y entre los muertos se encuentran Saúl y Jonatán”.
Entonces David rasgó sus vestiduras, y lo mismo hicieron los que estaban con él. Prorrumpieron en lamentaciones y llanto, y ayunaron hasta la noche por Saúl y Jonatán, por el pueblo del Señor y por la casa de Israel, pues habían muerto a espada. Entonces David entonó una elegía por Saúl y su hijo Jonatán:
“Tus héroes, Israel, han sido inmolados en tus montañas. ¿Por qué cayeron los valientes? Saúl y Jonatán, queridos y admirados, inseparables en la vida y unidos en la muerte, más veloces que las águilas y más fuertes que los leones.
Hijas de Israel, lloren por Saúl, que las vestía de púrpura y de lino y las cubría de joyas y de oro.
¿Por qué cayeron los valientes en medio de la batalla? Jonatán yace muerto en tus montañas. Por ti, Jonatán, hermano mío, estoy lleno de pesar.
Te quise con toda el alma y tu amistad fue para mí más estimable que el amor de las mujeres. ¿Por qué cayeron los valientes y pereció la flor de los guerreros?”
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 79
Señor,
vuelve tus ojos a nosotros.
Escúchanos, pastor de Israel, que guías a José como un rebaño; tú, que estás rodeado de querubines, manifiéstate; ante la ruina de Efraín, Benjamín y Manasés, despierta tu poder y ven a salvarnos.
Señor,
vuelve tus ojos a nosotros.
Señor, Dios de los ejércitos, ¿hasta cuándo seguirás airado y sordo a las plegarias de tu pueblo? Nos has dado llanto por comida y por bebida, lágrimas en abundancia.
Somos la burla de nuestros vecinos, el hazmerreír de cuantos nos rodean.
Señor,
vuelve tus ojos a nosotros.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que comprendamos las palabras de tu Hijo.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (3, 20-21)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer.
Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentaro:
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa Inés, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de los santos mártires
Testimonio y ejemplo de los
mártires
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Porque la sangre de la gloriosa mártir santa Inés, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a ejemplo de santa Inés, virgen.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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