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lunes, 27 de febrero de 2012
Ordinario de la Misa: Martes I Semana de Cuaresma. Ciclo B. 28 de Febrero, 2012
Ordinario de la Misa: Martes I Semana de Cuaresma. Ciclo B. 28 de Febrero, 2012
Los ojos del Señor cuidan al justo
Feria de la 1a. semana de Cuaresma
Confía en el Señor y saltarás de gusto
Antífona de Entrada
Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Desde siempre y por
siempre tú eres Dios.
Oración Colecta
Oremos:
Mira, Señor, con misericordia a tu pueblo que en estos días de Cuaresma usa con moderación de los bienes del cuerpo y aviva en su espíritu el deseo de poseerte.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Isaías (55, 10-11)
Esto dice el Señor:
“Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 33
El Señor libra al justo
de todas sus angustias.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
El Señor libra al justo
de todas sus angustias.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus
angustias.
El Señor libra al justo
de todas sus angustias.
Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para borrar
de la tierra su recuerdo.
El Señor libra al justo
de todas sus angustias.
Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
El Señor libra al justo
de todas sus angustias.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la
boca de Dios.
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (6, 7-15)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“Cuando ustedes hagan oración no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar, serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes, pues, oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará
a ustedes sus faltas”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Tal vez la mayoría de nosotros nos hemos aprendido de memoria la oración del Padre Nuestro. La rezamos en la mañana, al caer de la tarde, en reuniones de grupo, en fin, en diversas circunstancias. Pero por tanta repetidera posiblemente se ha hecho que se le haya perdido el sentido. Si miramos con detenimiento cada palabra, cada frase, nos encontraremos con un proyecto de vida que compromete. Reconocer la paternidad de Dios, implica reconocer la hermandad entre los seres humanos, santificar el nombre de Dios es confesar su soberanía sobre la humanidad, pedir con insistencia el advenimiento del Reino implica disponerlo todo para tal acontecimiento. Pretender la voluntad de Dios exige comprometerse con su proyecto humanizador. El pan cotidiano, el perdón constante, el rechazo de las seducciones del mal constituye una acción permanente de todos para que el señorío de Dios, fundamentado en el amor, la paz y la justicia, se extienda a toda la humanidad. En este pasaje, propio de la pedagogía de Jesús para formar a sus discípulos, queda claro que la autentica oración debe estar íntimamente conectada con la vida. La invitación de Jesús es que hagamos de nuestra vida una oración y vida la oración.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor y creador todopoderoso, los dones que hemos recibido de tu generosidad y convierte el pan y el vino que nos has dado para nuestra vida cotidiana en sacramento de salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Cuaresma V
El camino del éxodo en el
desierto cuaresmal
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor.
Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu palabra, y experimentar con gozo tus maravillas.
Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Tú, Dios, defensor mío, que me escuchaste cuando te invoqué y me consolaste en la tribulación, ten piedad de mí y escucha mi plegaria.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta Eucaristía nos ayude, Señor, a moderar las pasiones y los deseos terrenos y a buscar tu justicia y tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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