Buscar este blog

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Evangelio XXX Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. Jueves, 1 de noviembre, 2012.

Evangelio XXX Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. Jueves, 1 de noviembre, 2012.Santo del día: Beata Isabel de la Trinidad † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (15, 1-10) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Este recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo entonces esta parábola: “¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse. ¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido’. Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: La conversión no es un problema de ‘legitimación’, sino de justicia. El grupo religioso de los fariseos y el grupo de profesionales de la Ley se consideraban mejores porque cumplían con los preceptos según los cuales ellos mismos interpretaban las leyes. De hecho la Ley o Torah constaba de dos partes, una escrita, pública y conocida por el común de la gente que contenía 613 preceptos y otra oral, reservada y especial que era sólo posesión de unos pocos. Los pecadores y los publicanos carecían de los conocimientos y de los medios prácticos y económicos para cumplir una y otra, y por eso estaban proscritos de la vida religiosa común. Jesús les pide a unos y a otros no que se legitimen a través del conocimiento y la observancia de las leyes, sino que atiendan a la justicia y rompan con la exclusión que condena a una minoría a ser ‘la moneda extraviada’, ‘la oveja perdida’ o el ‘hijo pródigo’. Y la manera más efectiva de incluir a los excluidos es su búsqueda, rescate, perdón, reconciliación y fiesta. Jesús nos presenta el Reino como una celebración casera de la vida y de los valores recuperados e integrados en el grupo de amigos y amigas del Reino. Fuentes: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org

No hay comentarios: