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lunes, 5 de noviembre de 2012

Evangelio XXXI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. Martes, 6 de noviembre, 2012.

Evangelio XXXI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. Martes, 6 de noviembre, 2012. Santoral: San Alejandro de Sauli, Obispo † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (14, 15-24) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: “Dichoso aquel que participe en el banquete del Reino de Dios”. Entonces Jesús le dijo: “Un hombre preparó un gran banquete y convidó a muchas personas. Cuando llegó la hora del banquete, mandó un criado suyo a avisarles a los invitados que vinieran, porque ya todo estaba listo. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. Uno le dijo: ‘Compré un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me disculpes’. Otro le dijo: ‘Compré cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego que me disculpes’. Y otro más le dijo: ‘Acabo de casarme y por eso no puedo ir’. Volvió el criado y le contó todo al amo. Entonces el señor se enojó y le dijo al criado: ‘Sal corriendo a las plazas y a las calles de la ciudad y trae a mi casa a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos’. Cuando regresó el criado, le dijo: ‘Señor, hice lo que me ordenaste, y todavía hay lugar’. Entonces el amo respondió: ‘Sal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa. Yo les aseguro que ninguno de los primeros invitados participará de mi banquete’ Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: En los cruces de los caminos se juntaban las personas ‘indeseables’: desempleados, prostitutas, deudores morosos, lisiados y enfermos. Los invitados a una boda eran, por el contrario, todas las personas deseables: acaudalados terratenientes, reconocidos rabinos, prestigiosos sacerdotes, damas de alto copete, etc. Jesús nos muestra cómo quienes han acudido a su llamado pertenecen en su mayoría a los de la primera categoría y muy pocos a la segunda. ¿Por qué las personas ‘importantes’ no le prestan atención? Por la simple y llana razón de que las preocupaciones derivadas de sus bienes, de su trabajo y de su familia acaparan todas sus fuerzas y deseos y ya no les queda sino un interés residual por otras ofertas que, aunque sean importantes en el plano religioso, carecen de significado en el plano pragmático. Al llenarse la casa de gente socialmente insignificante sobra aún espacio, porque estas personas están acostumbradas a compartir el techo y la comida y, por eso, aunque son más consumen menos y alcanza para otros que están abandonados en senderos y veredas. – El desafío que nos lanza Jesús es que nos demos cuenta quiénes son realmente quienes aceptan la invitación a participar en el banquete del Reino, porque la realidad con frecuencia contraría nuestras expectativas. Fuentes: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org

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