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lunes, 21 de febrero de 2011

Ordinario de la MIsa. Lecturas y Oracione Martes VII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 22 de febrero 2011

= Martes 22 de Febrero, 2011
La Cátedra de san Pedro apóstol
Fiesta
Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo
Antífona de Entrada
Dijo el Señor a Simón Pedro: Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Que nada pueda perturbar, Señor, la fe que profesamos y que tú quisiste cimentar sobre la roca firme de san Pedro.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pedro (5, 1-4)
Hermanos: Me dirijo ahora a los pastores de las comunidades de ustedes, yo, que también soy pastor como ellos y además he sido testigo de los sufrimientos de Cristo y participante de la gloria que se va a manifestar.
Apacienten el rebaño que Dios les ha confiado y cuiden de él no como obligados por la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por ambición de dinero, sino con entrega generosa; no como si ustedes fueran los dueños de las comunidades que se les han confiado, sino dando buen ejemplo. Y cuando aparezca el Pastor supremo, recibirán el premio inmortal de la gloria.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial Salmo 22
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor, por años sin término.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (16, 13-19)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos:
“¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”.
Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:

El centro del relato que leemos hoy es la confesión de Pedro, afirmación y a la vez experiencia personal. Jesús dirige a sus discípulos una doble pregunta que tiene como objetivo hacerles tomar posición con respecto a su persona. La primera pregunta está referida a lo que la gente piensa del Maestro; a esto los discípulos responden sin dificultad, basándose en las consideraciones de la gente que le sigue. Sin embargo, a la segunda pregunta los discípulos no pueden responder a partir de los mismos criterios; tienen que responder según su propia experiencia, según su convicción personal; no es ya una simple opinión poco comprometida, sino una verdadera respuesta que exprese su opción de vida. Por ello la confesión de Pedro es importante, pues es una confesión fruto de una revelación divina, es decir, de un proceso de fe, de una apertura a la acción de Dios a través de la Palabra anunciada por el Maestro. Esta apertura a la acción divina de Dios (fe absoluta), representada en la figura de Pedro, es la base fundamental, es la piedra angular, el punto de apoyo de la comunidad de creyentes.


Oración de los Fieles
Celebrante:
Hermanados en la roca firme de la fe de Pedro, oremos a Dios por la Iglesia y por todo el mundo del nuevo milenio.
Digamos con fe:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Por el Papa Benedicto XVI y todos los obispos del mundo: para que la fe vivida y proclamada del apóstol Pedro sea para ellos, y para el pueblo de Dios que tienen encomendado, un punto de referencia constante y una consigna para seguir al Señor.
Oremos.
Escucha, Señor, nuestra oración.
Por los que han sido enviados a anunciar el Evangelio a los países más lejanos y pobres: para que hagan brillar en ellos la luz de la salvación que Cristo nos trajo.
Oremos.
Escucha, Señor, nuestra oración.
Por los teólogos y los catequistas, por los laicos comprometidos y por los religiosos: para que permaneciendo fieles al Evangelio de Jesucristo den testimonio de acogida, respeto y amor sincero.
Oremos.
Escucha, Señor, nuestra oración.
Por los que sufren los que encuentren en los cristianos la ayuda y el cariño que necesitan y en ellos descubran el rostro de Dios.
Oremos.
Escucha, Señor, nuestra oración.
Por los difuntos, por los que esperaron en Dios y por los que no lo conocieron: para que disfruten de su gozo que no tiene fin.
Oremos.
Escucha, Señor, nuestra oración.
Por nosotros, Pueblo de Dios unido en una misma fe y en un mismo Pan: para que confesemos con nuestra vida y con nuestra entrega que Jesús es el Mesías.
Oremos.
Escucha, Señor, nuestra oración.

Celebrante:
Oh Dios, que elegiste a Pedro y lo pusiste como signo de unidad de tus discípulos; atiende nuestras oraciones y concédenos la gracia de permanecer atentos a tu voz, unidos en la verdad y dóciles a tu voluntad.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas
Recibe Señor, con bondad los dones que tu Iglesia te presenta, y concédele fidelidad a la fe del apóstol san Pedro y docilidad a su magisterio para que pueda llegar a la patria eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de los Apóstoles I
Los apóstoles, pastores del
pueblo de Dios
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno. Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión
Pedro le dijo a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Concédenos, Señor, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido hoy al celebrar la cátedra de san Pedro, sean para nosotros sacramento de unidad y de paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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