Evangelio del Miércoles XII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 22 de junio 2011
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (7, 15-20)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
En la comunidad todo árbol (persona) que no dé buenos frutos será cortado. En nuestro mundo estamos llenos de espinos y lobos rapaces, y nuestras comunidades cristianas no son excepción. Pero, ¿cómo identificar a esas personas? Por sus frutos los conocerán. Quien hace las cosas sólo por ser reconocido, quien muestra intereses egoístas frente al hermano, quien quiere ser siempre el primero, el mandamás, y no se pone a servir desinteresadamente a los demás, ése no es de Cristo, porque él nos enseñó que la vida de un verdadero hijo de Dios es estar siempre dispuesto a servir sin ningún interés, haciendo presente el Reino en medio de todos. Dar frutos buenos no es más que amar y servir a la comunidad, a la humanidad. Al que ama no le cuesta dar esos frutos; es más, los expresa espontáneamente con su testimonio de vida, con el cariño desinteresado. Son valores que tenemos que ir rescatando en nuestro ser como cristianos, y seguir trabajando para que en el mundo sean erradicados el odio y la violencia. Esos son frutos imprescindibles para hacer presente el Reino en medio de todos.
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