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domingo, 24 de julio de 2011

Lecturas del Lunes XVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 25 de julio 2011

Lecturas del Lunes XVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 25 de julio 2011
Hechos 4,33;5,12.27-33;12,2
El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago
En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó: "¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre." Pedro y los apóstoles replicaron: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen." Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.
Palabra de Dios
Te Alabamos Señor
Salmo responsorial: 66
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, / ilumine su rostro sobre nosotros; / conozca la tierra tus caminos, / todos los pueblos tu salvación.

R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones, / porque riges el mundo con justicia, / riges los pueblos con rectitud / y gobiernas las naciones de la tierra.

R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

La tierra ha dado su fruto, / nos bendice el Señor, nuestro Dios. / Que Dios nos bendiga; que le teman / hasta los confines del orbe.

R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Lectura de la Segunda Carta del Apóstol San Pablo a Los Corintios 4,7-15
Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús
Hermanos: Este tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: "Creí, por eso hablé", también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.
Palabra de Dios
Te Alabamos Señor
Evangelio
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 20,20-28
Gloria a ti, Señor
Mi cáliz lo beberéis
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella contestó: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda." Pero Jesús replicó: "No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?" Contestaron: "Lo somos." Él les dijo: "Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre."
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos."
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión:
El mensaje de fondo de este texto radica en saber que los modelos políticos no son ejemplos adecuados para la construcción del Reino en la vida de los seres humanos. Jesús presenta un modelo distinto del acaecer del Reino en la historia, el modelo del servicio gratuito. Jesús no cede a la propuesta de la madre de los Zebedeos, aunque estos tomen parte en la pasión del Señor; pero una cosa es clara: el Reino pertenece al Padre. La indignación de los demás discípulos lleva al Maestro a juntarlos a todos y a explicarles las verdaderas implicaciones del discipulado, la manera de reinar Dios no es como el de los poderosos y de los delimitadores de las conciencias, sino justamente lo contrario: Servir con amor, ayudando a los demás a realizarse como seres humanos. El verdadero reinar pasa ineludiblemente por el servicio desinteresado, hasta asumir las últimas consecuencias, compartiendo incluso el mismo destino de Jesús. El privilegio dentro de la propuesta de Jesús no es la del poder por el poder, sino la de la solidaridad apasionada que construye igualdad.

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