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viernes, 11 de noviembre de 2011

Ordinario de la Misa: Sábado XXXII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 12 de Noviembre, 2011

Ordinario de la Misa: Sábado XXXII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 12 de Noviembre, 2011
San Josafat, obispo y mártir
Memoria
Recordemos los prodigios del Señor
Antífona de Entrada
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
Oración Colecta
Oremos:
Aviva, Señor, en tu Iglesia, el espíritu de amor, que dio valor a san Josafat para morir por su pueblo a fin de que, fortalecidos por tu amor, no dudemos en sacrificar ninguno de nuestros intereses por el bien de nuestros hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro de la
Sabiduría (18, 14-16; 19, 6-9)
Cuando un profundo silencio envolvía todas las cosas y la noche estaba a la mitad de su camino, tu palabra todopoderosa, Señor, como implacable guerrero, se lanzó desde tu trono real del cielo hacia la región condenada al exterminio.
Blandiendo como espada tu decreto irrevocable, sembró la muerte por dondequiera; tocaba el cielo con la mano y al mismo tiempo pisaba la tierra.
La creación entera, obediente a tus órdenes, actuó de manera diversa a su modo de proceder para librar a tus hijos de todo daño. Una nube protegió con su oscuridad el campamento israelita y donde antes había agua, surgió la tierra firme; en el mar Rojo apareció un camino despejado y en las olas impetuosas, una verde llanura. Por ahí, protegido por tu mano, pasó todo el pueblo, mientras contemplaba tus prodigios admirables.
Corrían como potros y brincaban como corderos, dándote gracias, Señor, por haberlos liberado.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 104
Recordemos los prodigios
del Señor.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos.
Recordemos los prodigios
del Señor.
El Señor hirió de muerte a los primogénitos de los egipcios, primicias de su virilidad. Sacó a su pueblo, cargado de oro y plata, y entre sus tribus nadie tropezó.
Recordemos los prodigios
del Señor.
Se acordó de la palabra sagrada que había dado a su siervo, Abraham, y sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos, con gritos de triunfo.
Recordemos los prodigios
del Señor.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (18, 1-8)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer,Jesús les propuso esta parábola:
“En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.
Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’ ”.
Dicho esto, Jesús comentó:
“Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar.
Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?”
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
En este pasaje Lucas hace explícita mención del objetivo de las palabras de Jesús: “Inculcarles que hace falta orar siempre sin cansarse”, y tiene un carácter redaccional y teológico. La viuda que pide justicia (‘hacer justicia’ aparece cuatro veces) es el ejemplo de la insistencia y de la persistencia.
Pero cabe preguntarnos, ¿es que Dios necesita de nuestra oración insistente cual juez que no respeta a los hombres? La clave para resolver esta contradicción viene dada por la pedagogía que presentan las palabras de Jesús. Por un lado tenemos la dimensión de la práctica y por otro la de la fe. La práctica representada en el ámbito de las leyes humanas, y la fe circunscrita al ámbito de la relación con Dios. El pedir justicia en el ámbito humano y el no cansarnos de confiar (tener fe) en que Dios es el último y máximo juez. En este camino de reflexión podemos notar que lo que se presenta contradictorio en primera instancia, se hace complementariedad en nuestras vidas de cristianos y cristianas.

Oración sobre las Ofrendas
Bendice y acepta, Señor, los dones que te presentamos y haz que esta Eucaristía, nos confirme en la misma fe que san Josafat atestiguó con su sangre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de los Santos
Mártires
Testimonio y ejemplo
de los mártires
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Porque la sangre del glorioso mártir san Josafat, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
No sois vosotros los que me habéis elegido, dice el Señor, soy yo quien os ha elegido, para que vayáis y deis fruto y ese fruto perdure.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que este sacramento que hemos recibido nos comunique, Señor, tus dones de fortaleza y de paz, para que, a ejemplo de san Josafat, trabajemos sin descanso por la unidad y la santificación de la Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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