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lunes, 26 de diciembre de 2011

Ordinario de la Misa: Martes Infraoctava de Navidad. Ciclo B. 27 de Diciembre, 2011

Ordinario de la Misa: Martes Infraoctava de Navidad. Ciclo B. 27 de Diciembre, 2011
San Juan, apóstol y evangelista
Fiesta
Alégrense, justos, con el Señor
Señor, alegres te cantamos nuestra alabanza
Antífona de Entrada
En la última cena, Juan reclino su cabeza sobre el pecho del Señor. Este es el Apóstol a quien fueron revelados secretos celestiales y a quien fue concedido difundir palabras de vida por toda la tierra.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que por medio del Apóstol san Juan, has querido descubrirnos la profundidad de la vida y del amor de tu Hijo, haz que seamos capaces de conocer y de amar cada día más a Jesucristo, nuestro redentor, que vive y reina contigo.
Amén.

Primera Lectura
Lectura de la primera carta
del apóstol san Juan (1, 1-4)
Queridos hermanos:
Les anunciamos lo que ya existía desde el principio, lo que hemos oído y hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y hemos tocado con nuestras propias manos. Nos referimos a aquel que es la Palabra de la vida.
Esta vida se ha hecho visible y nosotros la hemos visto y somos testigos de ella. Les anunciamos esta vida, que es eterna, y estaba con el Padre y se nos ha manifestado a nosotros.
Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén unidos con nosotros, y juntos estemos unidos con el Padre y su Hijo, Jesucristo. Les escribimos esto para que se alegren y su alegría sea completa.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 96
Alégrense, justos,
con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor, que se asienta en la justicia y el derecho.
Alégrense, justos,
con el Señor.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.
Alégrense, justos,
con el Señor.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense justos, con el Señor y bendigan su santo nombre.
Alégrense, justos,
con el Señor.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (20, 2-8)
Gloria a ti, Señor.
El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:
Hoy celebramos la fiesta de San Juan, Apóstol y evangelista. Hacemos memoria de un testigo de la resurrección, que nos invita a nosotros también a ser testigos, a creer y palpar la presencia de Cristo resucitado en la comunidad.
En el relato del evangelio observamos cómo la comunidad de creyentes tiene que pasar por un largo proceso para entender el misterio de la resurrección. Poco a poco, primero María Magdalena y luego un discípulo querido por Jesús, y más tarde Pedro y el resto del grupo, irán experimentando que están formando parte del plan de Dios, y que el haber creído en Cristo Jesús los comprometía de ahora en adelante a ser testigos de lo que aprendieron con él, hasta entregar sus vidas en razón de su fe.
A la comunidad cristiana no la preside la muerte. La preside la vida. Hoy, como ayer y siempre, estamos convocados a verificar que el sepulcro está vacío, que Jesús no está en el lugar de los muertos, porque Dios lo ha resucitado y con él a todos los que han creído. La vida es ahora el proyecto. El defenderla, cuidarla y provocarla nos configurará cada día más y mejor con el resucitado.

No se dice Credo.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Elevemos nuestras oraciones a Dios, que existe por toda la eternidad, pero que ha querido hacerse hombre para manifestarnos su amor con un corazón humanado. Digamos con fe:
Te rogamos, óyenos.
Por los cristianos del nuevo milenio: para que el ejemplo de amor a Cristo que nos dio San Juan en su vida y en sus escritos nos anime a construir la civilización del amor y a vivir la caridad fraterna.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Por la Iglesia, Pueblo de Dios, que se goza con el nacimiento de Jesús en nuestra carne: para que viva cada vez más su Evangelio, sea dócil al Espíritu Santo y se deje renovar por Él.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Por todos los hombres que aún no han oído hablar de Dios: para que el Verbo de Dios, que quiso poner su morada entre nosotros, se manifieste en sus corazones y lo acojan con fe.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Por nuestros gobernantes: para que sirvan al bien común, trabajen por la justicia y hagan posible la convivencia pacífica entre todos los ciudadanos.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Por los enfermos y agonizantes: para que la cercanía de la hora del encuentro con Dios los llene de su paz y de su amor.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Por todos los que estamos celebrando la fiesta de San Juan en el marco de las fiestas de Navidad: para que recibamos la abundancia de la gracia que nos trae Jesucristo y la transmitamos a nuestros hermanos.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Celebrante:
Oh Dios, que por el nacimiento de tu Hijo en nuestra carne has querido manifestarnos tu amor y tu cercanía; escucha nuestras oraciones y haz que, siguiendo las huellas de San Juan que supo vivir en tu amor, lleguemos un día a la plenitud de tu gloria.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas
Santifica, Señor, los dones que te presentamos, y haz que, por esta Eucaristía, participemos del conocimiento profundo de tu Hijo que concediste a san Juan en la última cena.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Navidad III
Intercambio efectuado en la
Encarnación del Verbo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,por Cristo nuestro Señor.
Por Él, hoy resplandece ante el mundo el maravilloso intercambio que nos salva, ya que al asumir tu Hijo nuestra fragilidad humana, no sólo quedó nuestra carne mortal honrada para siempre, sino que, por esta unión admirable, nos hizo también partícipes de su eternidad.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros, y de su plenitud todos participamos.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Por medio de este sacramento que hemos recibido en la fiesta de san Juan Evangelista, concédenos, Señor, que habite siempre en nosotros tu Hijo, Jesucristo,que vive y reina
por los siglos de los siglos.
Amén.

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