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viernes, 30 de diciembre de 2011

Ordinario de la Misa: Sábado Infraoctava de Navidad. Ciclo B. 31 de Diciembre, 2011

Ordinario de la Misa: Sábado Infraoctava de Navidad. Ciclo B. 31 de Diciembre, 2011
Dios envió al mundo a su Hijo único
Día VII dentro de la Octava de Navidad; es permitida la conmemoración de San Silvestre I, papa
Jesús es la luz verdadera
Antífona de Entrada
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. La insignia del poder está sobre sus hombros y se le llamará Ángel del Gran Consejo.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que has querido que todo esfuerzo del hombre por ir a tu encuentro tenga su origen y su plenitud en el nacimiento de tu Hijo, concédenos contarnos siempre entre el número de los que siguen a Cristo, en quien está la salvación de todo el género humano.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del
apóstol san Juan (2, 18-21)
Hijos míos: Esta es la última hora. Han oído ustedes que iba a venir el anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido ya, por lo cual nos damos cuenta de que es la última hora.
De entre ustedes salieron, pero no eran de los nuestros; pues si hubieran sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para que se pusiera de manifiesto que ninguno de ellos es de los nuestros.
Por lo que a ustedes toca, han recibido la unción del Espíritu Santo y tienen así el verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira viene de la verdad.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 95
Alégrense los cielos y la tierra.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamemos su amor día tras día.
Alégrense los cielos y la tierra.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra,manifiesten los bosques regocijo.
Alégrense los cielos y la tierra.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.
Alégrense los cielos y la tierra.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (1, 1-18)
Gloria a ti, Señor.
En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto existe. El era la vida, y la vida era la luz de los hombres.La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
El no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: “A éste me refería cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’ ”.
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:
Hoy acaba un año, y es preciso que demos gracias a Dios por la vida que sigue siendo posible a pesar de las múltiples adversidades. Que sea la bendición de Dios la que colme hoy y siempre nuestro ser, nuestras familias y comunidades; que, hecho el balance de fin de año, seamos capaces de ver el paso de Dios por nuestra historia.
En el evangelio de Juan, hoy encontramos una clara referencia al origen de Jesús, al origen de todo cuanto existe. La palabra creadora de Dios, la que ha existido siempre es la fuente inagotable de la vida, de ella proviene todo.
Dios quiere una humanidad fundada en el proyecto de la Luz; consciente de las tinieblas que habitan el mundo, pero decidida a luchar contra ellas con un proyecto de amor, de justicia, de solidaridad. Hoy, cuando se confirma el fracaso de las estructuras capitalistas que parecían tener la formula para el progreso humano. Ese modelo de intereses oscuros ha fracasado, pero no así la esperanza de los pobres; por eso, la nueva humanidad debe orientar su esperanza hacia Jesús y su proyecto de justicia, de igualdad, de amor y de perdón.

No se dice Credo.
Oración sobre las Ofrendas
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos impulsas a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte con estas ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por la participación en este sacramento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio de Navidad I
Cristo es luz
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente, Él nos lleve al amor de lo invisible.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión
Dios envió al mundo a su Hijo único, para darnos vida por medio de él.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que tu pueblo, Señor, al que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura a fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios, pueda buscar con mayor confianza los bienes eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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