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jueves, 29 de marzo de 2012
Evangelio del Viernes V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 30 de Marzo, 2012
Evangelio del Viernes V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 30 de Marzo, 2012
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (10, 31-42)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para apedrearlo. Jesús les dijo:
“He realizado ante ustedes muchas obras buenas de parte del Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?”
Le contestaron los judíos:
“No te queremos apedrear por ninguna obra buena, sino por blasfemo, porque tú, no siendo más que un hombre, pretendes ser Dios”.
Jesús les replicó:
“¿No está escrito en su ley: Yo les he dicho: Ustedes son dioses?
Ahora bien, si ahí se llama dioses a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la Escritura no puede equivocarse), ¿cómo es que a mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo, me llaman blasfemo porque he dicho: ‘Soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que puedan comprender que el Padre está en mí y yo en el Padre”.
Trataron entonces de apoderarse de él, pero se les escapó de las manos.
Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado
en un principio y se quedó allí.
Muchos acudieron a él y decían:
“Juan no hizo ninguna señal prodigiosa; pero todo lo que Juan decía de éste, era verdad”. Y muchos creyeron en él allí.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Los adversarios ya no soportan las palabras de Jesús y lo quieren eliminar. Ante la pregunta de Jesús por la razón de su ofuscación ellos le dicen que es por blasfemia, pues se considera él, poco más o menos, igual a Dios. No alcanzan a comprender que un hombre humilde, campesino, sencillo, pero con autoridad y coherencia de vida sea el rostro visible de Dios y que su palabra interpelante y desestabilizadora sea palabra de Dios. Por eso lo quieren eliminar. Lo mismo ha pasado con muchos hermanos y hermanas que han asumido los valores auténticos del evangelio, no como teoría o discurso, sino como praxis, testimonio, acción transformadora de la realidad pecadora, injusta y violenta en que está sumida la humanidad. Cuando la religión ya no puede justificar ni legitimar un régimen autoritario, corrupto y excluyente, y lo denuncia, entonces se tiende a descalificar y a eliminar a los voceros -profetas-de la religión. Pero, como Jesús, los creyentes se mantienen firmes en sus convicciones y opciones fundamentadas por el evangelio del Reino. Hacer presente el evangelio de Jesús en medio del pueblo es nuestra misión y tarea, que sólo podemos alcanzar con la gracia de Dios. Admiremos y apoyemos a todos los que sufren persecución y martirio por su coherencia con el evangelio.
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