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lunes, 26 de marzo de 2012

Ordinario de la Misa: Martes V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 27 de Marzo, 2012

Ordinario de la Misa: Martes V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 27 de Marzo, 2012 Sé valiente, espera en el Señor Feria de la 5a. semana de Cuaresma La semilla es la palabra de Dios Antífona de Entrada Espera en el Señor, sé valiente; ten ánimo, espera en el Señor. Oración Colecta Oremos: Concédenos, Señor, la gracia de perseverar en el fiel cumplimiento de tu voluntad, para que tu pueblo santo aumente en número y crezca en santidad. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén. Primera Lectura Lectura del libro de los Números (21, 4-9) En aquellos días, los hebreos salieron del monte Hor en dirección al mar Rojo, para rodear el territorio de Edom; pero por el camino, el pueblo se impacientó y murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿Para que muriéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de esta miserable comida”. Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: “Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes”. Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: “Haz una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordido por las serpientes y mire la que tú hagas, vivirá”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Salmo Responsorial Salmo 101 Señor, escucha mi plegaria. Señor, escucha mi plegaria; que a tu presencia lleguen mis clamores. El día de la desgracia, Señor, no me abandones. Cuando te invoque, escúchame y enseguida respóndeme. Señor, escucha mi plegaria. Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando oiga el clamor del oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces al Señor temerán todos los pueblos y su gloria verán los poderosos. Señor, escucha mi plegaria. Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo, porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el cielo, para oír los gemidos del cautivo y librar de la muerte al prisionero. Señor, escucha mi plegaria. Aclamación antes del Evangelio Honor y gloria a ti, Señor Jesús. La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 21-30) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo me voy y ustedes me buscarán, pero morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden venir”. Dijeron entonces los judíos: “¿Estará pensando en suicidarse y por eso nos dice: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden venir’?” Pero Jesús añadió: “Ustedes son de aquí abajo y yo soy de allá arriba; ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Se lo acabo de decir: morirán en sus pecados, porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados”. Los judíos le preguntaron: “Entonces ¿quién eres tú?” Jesús les respondió: “Precisamente eso que les estoy diciendo. Mucho es lo que tengo que decir de ustedes y mucho que condenar. El que me ha enviado es veraz y lo que yo le he oído decir a él es lo que digo al mundo”. Ellos no comprendieron que hablaba del Padre. Jesús prosiguió: “Cuando hayan levantado al Hijo del hombre, entonces conocerán que Yo Soy y que no hago nada por mi cuenta; lo que el Padre me enseñó, eso digo. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que a él le agrada”. Después de decir estas palabras, muchos creyeron en él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: El estilo del evangelio de Juan juega con el lenguaje cifrado, polémico y simbólico. De este texto resaltamos algunos aspectos que llaman la atención: en primer lugar, la oposición que establece el autor entre arriba y abajo; Jesús pertenece al mundo de arriba, es decir, al mundo de Dios; los judíos y seguidores de Jesús pertenecen al mundo de abajo, mundo limitado, temporal e imperfecto. Por eso, los del mundo de abajo no pueden entender el mensaje que les anuncia Jesús, porque éste pertenece al mundo de arriba. En segundo lugar, Jesús se declara como “YO SOY” que nos remite al libro del Éxodo 3, donde Dios revela su nombre a Moisés “YO SOY EL QUE SOY”. De esta manera Jesús se identifica con el mismo Dios. El Padre es el que le ha revelado todas las cosas al Hijo (Jesús); por eso, si no creen en Jesús y a Jesús, tampoco pueden creer en Dios. El gozo de Jesús está en hacer totalmente la voluntad del Padre. – Llegar a la comunión con Dios a través de Jesús es la misión principal de todo cristiano. Quien llega a esa comunión plena buscará su felicidad en la realización de la voluntad de Dios. Oración sobre las Ofrendas Acepta, Señor, el sacrificio de reconciliación que vamos a ofrecerte, perdona nuestros pecados y orienta hacia ti nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Prefacio de la pasión del Señor I La fuerza de la cruz El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque en la pasión salvadora de tu Hijo diste a los hombres una nueva comprensión de tu majestad y una nueva manera de alabarla, al poner de manifiesto, por la eficacia inefable de la cruz, el poder del crucificado y el juicio que del mundo has hecho. Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo: Santo, Santo, Santo... Antífona de la Comunión Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí,dice el Señor. Oración después de la Comunión Oremos: Concédenos, Dios todopoderoso, que la asidua participación en tus sacramentos nos acerque cada vez más a ti, que eres el único bien verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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