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miércoles, 28 de marzo de 2012

Ordinario de la Misa: Jueves V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 29 de Marzo, 2012

Ordinario de la Misa: Jueves V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 29 de Marzo, 2012 El Señor nunca olvida sus promesas Feria de la 5a. semana de Cuaresma “No endurezcan su corazón” Antífona de Entrada Cristo es el mediador de la nueva alianza, porque mediante su muerte, aquellos que han sido llamados, reciben la herencia eterna que les había sido prometida. Oración Colecta Oremos: Asiste y protege siempre, Señor, a esta familia tuya, que ha puesto en ti toda su esperanza, a fin de que purificados de nuestros pecados, permanezcamos fieles a nuestro compromiso bautismal y obtengamos la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén. Primera Lectura Lectura del libro del Génesis (17, 3-9) Cuando Dios se le apareció, Abram se postró con el rostro en el suelo y Dios le dijo: “Aquí estoy. Esta es la alianza que hago contigo: Serás padre de una multitud de pueblos. Ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque te he constituido como padre de muchas naciones. Te haré fecundo sobremanera; de ti surgirán naciones y de ti nacerán reyes. Contigo y con tus descendientes, de generación en generación, establezco una alianza perpetua para ser el Dios tuyo y de tus descendientes. A ti y a tus descendientes les daré en posesión perpetua toda la tierra de Canaán, en la que ahora vives como extranjero; y yo seré el Dios de ustedes”. Después le dijo Dios a Abraham: “Cumple, pues, mi alianza, tú y tu posteridad, de generación en generación”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Salmo Responsorial Salmo 104 El Señor nunca olvida sus promesas. Recurran al Señor y a su poder, búsquenlo sin descanso. Recuerden los prodigios que él ha hecho,sus portentos y oráculos. El Señor nunca olvida sus promesas. Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. El Señor nunca olvida sus promesas. Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. El Señor nunca olvida sus promesas. Aclamación antes del Evangelio Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Juan (8, 51-59) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo les aseguro: el que es fiel a mis palabras no morirá para siempre”. Los judíos le dijeron: “Ahora ya no nos cabe duda de que estás endemoniado. Porque Abraham murió y los profetas también murieron, y tú dices: ‘El que es fiel a mis palabras no morirá para siempre’. ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?” Contestó Jesús: “Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, aquel de quien ustedes dicen: ‘Es nuestro Dios’, aunque no lo conocen. Yo, en cambio, sí lo conozco; y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se regocijaba con el pensamiento de verme; me vio y se alegró por ello”. Los judíos le replicaron: “No tienes ni cincuenta años,¿y has visto a Abraham?” Les respondió Jesús: “Yo les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy”. Entonces recogieron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: El conflicto de Jesús con sus adversarios va creciendo y se va agudizando. Los oyentes de Jesús no entienden su lenguaje. Son dos niveles de lenguaje que no encuentran coincidencia. Jesús habla con un lenguaje profundo, simbólico, trascedente. Sus adversarios se mueven en el nivel del lenguaje convencional, formal, superficial. Por eso es imposible que se puedan entender. También nosotros podemos caer en el error de quedarnos en lo superficial y convencional y no abrir la mente y el corazón al lenguaje profundo, existencial y sobrenatural de Jesús. Se trata de reconocer que Jesús no es un líder más en la historia, sino la figura visible del mismo Dios Padre. Por tanto, para comprenderlo tenemos que contemplarlo como el rostro de Dios que se nos revela para abrirnos el camino hacia la plenitud de la vida, de la paz y la comunión con él. De alguna manera, nosotros también estamos llamados a vivir esa profunda experiencia de comunión vital con Dios para mostrar su rostro a la humanidad. La misión evangelizadora, por lo tanto, no consiste en elaborar y pronunciar discursos acerca de Dios, sino de mostrar en las actitudes humanas la acción salvífica, liberadora de Dios. Oración sobre las Ofrendas Mira, Señor, con agrado el sacrificio que vamos a ofrecerte y concédenos por él la conversión de nuestra vida y la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Prefacio de la pasión del Señor I La fuerza de la cruz El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque en la pasión salvadora de tu Hijo diste a los hombres una nueva comprensión de tu majestad y una nueva manera de alabarla, al poner de manifiesto, por la eficacia inefable de la cruz, el poder del crucificado y el juicio que del mundo has hecho. Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo: Santo, Santo, Santo... Antífona de la Comunión Dios no escatimó la vida de su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros y con él nos ha dado todos los bienes. Oración después de la Comunión Oremos: Por medio de este sacramento que ya desde ahora nos comunica tu fuerza, concédenos, Padre misericordioso, participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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