Evangelio del Martes II Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A.. 18 de enero 2011.
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (2, 23-28)
Un sábado Jesús iba caminando entre los sembrados, y sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar. Entonces los fariseos le preguntaron: “¿Por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido hacer en sábado?”
El les respondió: “¿No han leído acaso lo que hizo David una vez que tuvo necesidad y padecían hambre él y sus compañeros? Entró en la casa de Dios, en tiempos del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes sagrados, que sólo podían comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros”.
Luego añadió Jesús: “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Y el Hijo del hombre también es dueño del sábado”
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
Como veíamos ayer, el elemento fundamental que relaciona al ser humano con Dios es la práctica del amor; es decir, que la vida del hombre y la mujer está más allá de una prescripción religiosa o social, y que no es el cumplimiento al pie de la letra de una ley el que salva realmente al ser humano, sino el amor y la misericordia para con los demás. En este contexto podemos comprender la confrontación de Jesús con los fariseos causada por arrancar espigas en el camino en día sábado. El sábado era el día de descanso, en el que se debía alabar a Dios y dar reposo a los trabajadores, era una fiesta religiosa con un profundo sentido social, que los fariseos distorsionaron, convirtiéndola en una pesada carga. Jesús defiende su actitud libre frente a la ley acudiendo a la Escritura, colocando como criterio de discernimiento la realidad del ser humano: el sábado es para el hombre, la ley está al servicio del hombre y tiene como fin orientar pedagógicamente al ser humano por el camino del bien y la justicia. Es importante comprender que el criterio moral cristiano es la búsqueda de vida plena y digna para toda la humanidad.
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