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domingo, 3 de julio de 2011

Evangelio del Lunes XIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 04 de julio 2011

Evangelio del Lunes XIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 04 de julio 2011
Lectura del Santo Evangelio, según San Mateo 9,18-26
Gloria a ti, Señor
Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, y vivirá
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá." Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió y, al verla, le dijo: "¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado." Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: "¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida." Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión:
El texto de evangelio de Mateo narra la sanación de dos mujeres por parte del Señor. Doble milagro. En un relato, es la mujer enferma con flujo de sangre quien toma la iniciativa para solicitar la ayuda de Jesús; en el otro, la mujer es menor de edad, y es el padre quien se acerca a él para interceder por ella. En ambos casos es decisiva la fe y el contacto con Jesús. Las dos narraciones están unidas por la conveniencia de reintegrar a estas dos mujeres a la vida con dignidad en toda su plenitud. La fe en Jesús permite acceder a la realidad de la salvación por encima de todo tipo de normas y consignas preestablecidas que pregonan que lo más importantes son las reglas y las instituciones y no las personas. Estos signos del reino de Jesús (la sanación de la hemorragia y el devolverle la vida a la hija del funcionario) son el fruto del encuentro entre su amor y la fe del otro. Nuestra tarea como auténticos seguidores de Jesús es la de luchar, desde el amor, por la dignidad y liberación de todos los seres humanos, sin ningún tipo de discriminación.

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