Buscar este blog

martes, 4 de octubre de 2011

Ordinario de la Misa: Miércoles XXVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 05 de Octubre, 2011

Ordinario de la Misa: Miércoles XXVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 05 de Octubre, 2011
Te alabamos, Señor y Dios nuestro
Temporas de Acción de Gracias y de Peticiones
Bendito seas, Señor
Antífona de Entrada
La tierra produjo su fruto. ¡Que el Señor, nuestro Dios, sea alabado!
Oración Colecta
Oremos:
Señor y Padre bueno, que confiaste al hombre los recursos de la tierra, haz que esta nueva cosecha, fruto de tu amor y del trabajo humano, lleve tranquilidad a nuestro hogar, coopere al bien común y a glorificar tu nombre.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Jonas (4, 1-11)
"Tú estás triste por una hiedra, ¿y yo no voy a tener lástima de Nínive, la gran ciudad?"
Jonás se disgustó mucho de que Dios no hubiera castigado a los habitantes de Nínive, e irritado, oró al Señor en estos términos:
«Señor, esto es lo que yo me temía cuando estaba en mi tierra, y por eso me di prisa en huir a Tarsis. Bien sabía yo que tú eres un Dios clemente y compasivo, lleno de paciencia y de misericordia, siempre dispuesto a perdonar. Ahora, Señor, quítame la vida, pues prefiero morir a vivir».
Pero el Señor le respondió:
«¿Crees que hay motivo para que te enojes?»
Jonás salió de Nínive y acampó al oriente de la ciudad; allí construyó una enramada y se sentó a su sombra, para ver qué pasaba con Nínive. Entonces, el Señor Dios hizo nacer una hiedra, que creció tan tupida que le daba sombra y lo resguardaba del ardor del sol. Jonás se puso muy contento por la hiedra.
Pero al día siguiente, al amanecer, el Señor envió un gusano, el cual dañó la hiedra, que se secó. Y cuando el sol ya quemaba, el Señor envió un viento caliente y abrasador; el sol le daba a Jonás en la cabeza y lo hacía desfallecer. Entonces Jonás deseó morir y dijo:
«Prefiero morir a vivir».
Entonces el Señor le dijo a Jonás:
«¿Crees que hay motivo para que te enojes así por la hiedra?» Contestó él:
«Sí, y tanto, que quisiera morirme».
Le respondió el Señor:
«Tú estás triste por una hiedra que no cultivaste con tu trabajo, que nace una noche y perece la otra. Y yo, ¿no voy a tener lástima de Nínive, la gran ciudad, en donde viven más de ciento veinte mil seres humanos que no son responsables y gran cantidad de animales?
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 85

"Tú, Señor, eres bueno y clemente."
Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mio, todo el día, y ya que en ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría.
R. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica de respuesta pronto.
R. Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Dios entrañablemente compasivo, todo amor y lealtad, lento a la cólera, ten compasión de mí, pues clamo a ti, Señor, a toda hora.
R. Tú, Señor, eres bueno y clemente.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devúelveme tu salvación, que regocija.
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (11, 1-4)
Gloria a ti, Señor.

"Señor, enséñanos a orar"
Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».
Entonces Jesús les dijo:
«Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino; danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquél que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Con la oración del Padre Nuestro, Jesús quiere hacer conscientes a sus discípulos de su condición de hijos de Dios. La oración del cristiano es la oración de un hijo que se dirige a su Padre Dios con confianza filial. Al llamar a Dios Padre Nuestro, reconocemos que la filiación divina nos une a Cristo, ”primogénito entre muchos hermanos” (Rom 8, 29), por medio de una verdadera fraternidad.
Por ello, la santidad cristiana, aun siendo personal e individual, nunca es individualista o egocéntrica: “Si rezamos de verdad el Padre Nuestro, salimos del individualismo, porque de él nos libera el amor que recibimos. En la oración del Señor, a la invocación inicial: “Padre Nuestro, que estás en el Cielo”, siguen siete peticiones. Las tres primeras tienen por objeto la gloria del Padre: la santificación de su nombre, la venida de su Reino y el cumplimiento de su divina voluntad. Las otras cuatro presentan al Padre nuestros deseos: estas peticiones conciernen a nuestra vida, para alimentarla o para curarla del pecado, y se refieren a nuestro combate por la victoria del bien.

Oración sobre las Ofrendas
Santifica, Señor, estos frutos de la tierra que te presentamos como acción de gracias y tú, que has hecho fecundo el trabajo de los campos, haz que tu palabra crezca en nosotros y dé frutos de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio Dominical V
La creación alaba al Señor
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque creaste el universo con todo cuanto contiene; determinaste el ciclo de las estaciones; y formaste al hombre a tu imagen y semejanza: porque lo hiciste dueño de un mundo portentoso, para que en tu nombre dominara la creación entera y, al contemplar la grandeza de tus obras, en todo momento te alabara.
Por Cristo nuestro Señor. A quien .cantan los cielos. y la tierra, los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Con los frutos de tu lluvia, llenas, Señor, la tierra, para que el hombre pueda sacar de ella pan y el vino que regocija su corazón.

Oracióndespués de la Comunión
Oremos:
Señor, concédenos que este sacrificio de salvación que te ofrecemos en acción de gracias por nuestra cosecha, produzca en nosotros frutos celestiales.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

No hay comentarios: