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lunes, 12 de diciembre de 2011

Evangelio del Miércoles III Semana de Adviento. Ciclo B. 14 de diciembre, 2011

Evangelio del Miércoles III Semana de Adviento. Ciclo B. 14 de diciembre, 2011
Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas 7,19-23
Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?" Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: "Juan, el Bautista nos ha mandado a preguntarte: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?""
Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los enviados: "Id a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí."
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús
Comentario:
Unos discípulos de Juan visitan a Jesús y le preguntan si él es quien tenía que venir o deben esperar a otro. Ante esta pregunta, Jesús no hace ningún discurso; sencillamente involucra a los enviados, los hace testigos, los invita a escuchar y a ver cómo los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y a los pobres se les anuncian buenas noticias. Esa es la respuesta más contundente.
El centro del relato está en las acciones de Jesús como liberador de toda opresión y exclusión; sin embargo, el papel de Juan es muy importante. Él es el precursor de Jesús, pero no está seguro de que así lo sea; por eso manda a preguntar; lo que permite pensar que los proyectos proféticos se mantenían firmes frente a la permanente amenaza de los poderosos, aunque en cualquier momento podían hacerlos desparecer, como lo hicieron con Juan y lo estaban planeando con Jesús. Una vez más Jesús demuestra la naturaleza del proyecto de Dios, que es vida digna y abundante para quienes se les ha arrebatado toda posibilidad de vivir. No se trata aquí de un gran movimiento político, sino de una nueva forma de ser fundada en la fe y en la solidaridad con quienes más lo necesitan.
Hoy como ayer la vida es amenazada, la dignidad es arrebatada y se necesita demostrar con acciones de amor que otro mundo es posible.

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