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lunes, 12 de diciembre de 2011

Ordinario de la Misa: Martes III Semana de Adviento. Ciclo B. 13 de Diciembre, 2011

Ordinario de la Misa: Martes III Semana de Adviento. Ciclo B. 13 de Diciembre, 2011
Santa Lucía, virgen y mártir
Memoria
Confía en el Señor y saltarás de gusto
Antífona de Entrada
Esta santa luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los impíos, pues estaba afianzada sobre roca firme.
Oración Colecta
Oremos:
Te pedimos, Señor, por intercesión de santa Lucía, virgen y mártir que llenes de luz y de gozo nuestros corazones y que, quienes hoy celebramos su martirio en la tierra, lleguemos a contemplar con nuestros propios ojos tu gloria en el cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Sofonías (3, 1-2. 9-13)
“¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada, de la ciudad potente y opresora! No ha escuchado la voz, ni ha aceptado la corrección.
No ha confiado en el Señor, ni se ha vuelto hacia su Dios. Pero hacia el fin daré otra vez a los pueblos labios puros, para que todos invoquen el nombre del Señor y lo sirvan todos bajo el mismo yugo.
Desde más allá de los ríos de Etiopía, hasta las últimas regiones del norte, los que me sirven me traerán ofrendas. Aquel día no sentirás ya vergüenza de haberme sido infiel, porque entonces yo quitaré de en medio de ti a los orgullosos y engreídos, y tú no volverás a ensoberbecerte en mí monte santo.
Aquel día, dice el Señor, yo dejaré en medio de ti, pueblo mío, un puñado de gente pobre y humilde. Este resto de Israel confiará en el nombre del Señor.
No cometerá maldades ni dirá mentiras; no se hallará en su boca una lengua embustera. Permanecerán tranquilos y descansarán sin que nadie los moleste”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 33
El Señor escucha
el clamor de los pobres.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.
El Señor escucha
el clamor de los pobres.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias.
El Señor escucha
el clamor de los pobres.
En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. Escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas.
El Señor escucha
el clamor de los pobres.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Salva el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en él esperan.
El Señor escucha
el clamor de los pobres.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Ven, Señor, no te tardes; ven a perdonar los delitos de tu pueblo.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (21, 28-32)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó:
‘Hijo, ve a trabajar hoy en la viña’. El le contestó:
‘Ya voy, señor’, pero no fue.
El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Este le respondió: ‘No quiero ir’, pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?” Ellos le respondieron:
“El segundo”.
Entonces Jesús les dijo:
“Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el
camino del Reino de Dios.
Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:
El evangelio de hoy es un claro llamado de atención sobre la forma cómo estamos viviendo nuestra fe, como cristianos en un mundo cada vez más exigente de compromisos solidarios.
El relato es una parábola en la que dos hijos muestran comportamientos diferentes ante los pedidos del padre. El primero dijo que no; sin embargo, se arrepintió; mientras el segundo, que había dicho que sí, no fue. Jesús llama la atención sobre este comportamiento, pues en asuntos de fe muchas personas en tiempos de Jesús se consideraban cumplidoras de la voluntad de Dios, porque eran practicantes de todos los preceptos religiosos; sin embargo eran duros para servir al prójimo. Estaban seguros de que su religiosidad los salvaría. Por otra parte, personas tenidas por pecadoras, como los cobradores de impuestos y las prostitutas, se habían convertido con el anuncio de Juan, y su conversión era una muestra de fe sincera.
Hoy en día también hay múltiples formas de ser ante las exigencias del evangelio; hay muchas expresiones religiosas, con personas muy atentas y puntuales en el culto. Pero hacer la voluntad de Dios en un mundo como el nuestro supera las prácticas culturales. Hoy son necesarios testigos con acciones solidarias, a favor de la vida de los marginados.

Oración sobre las Ofrendas
Santifica, Señor, con tu bendición estas ofrendas y enciende en nosotros ese amor a ti, por el que tu santa mártir Lucía, fue capaz de soportar todos
los tormentos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de los santos Mártires
Testimonio y ejemplo de los
mártires
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Porque la sangre de la gloriosa mártir santa Lucía, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión
Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga,dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que el sacramento que hemos recibido nos dé, Señor, la misma fortaleza con la que tu santa mártir Lucía, fue fiel en tu servicio y generosa en el sufrimiento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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