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martes, 24 de enero de 2012

Evangelio del Jueves III Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 26 de Enero, 2012

Evangelio del Jueves III Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 26 de Enero, 2012
Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas 10,1-9
Gloria a ti, Señor
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Miras que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, por que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed los que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios.""
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús
Comentario:
La misión de los setenta y dos discípulos representa la misión de la totalidad de los animadores cristianos. Es un múltiplo de doce, el número de los que viven con Jesús, y como ellos están llamados a anunciar el evangelio. No obstante, su tarea principal es preparar la llegada de Jesús por medio de tres acciones claves: la disponibilidad, la paz y la sanación. La disponibilidad se manifiesta en no demorar el comienzo de la misión. Han tenido un tiempo considerable de preparación junto a Jesús. Conocen la experiencia de los Doce y no deben esperar más. Por eso abrevian el tiempo; simplifican el equipaje. Anuncian la paz, no la rivalidad con otros grupos religiosos o con otros partidos políticos. La paz es la condición fundamental para que se restablezca la justicia. Por último, operan la curación de todas las heridas, quebrantos, odios y alienaciones que amenazan esa paz que ellos anuncian. Sin la curación, sin la reparación del mal en cada persona, es muy difícil que el mensaje de Jesús eche raíces y transforme esas existencias.
¿Cómo cultivamos nosotros la disponibilidad para la misión, el anuncio de la paz y los procesos de sanación e integración comunitaria y social?

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