21 JUEVES. Hasta la hora de nona:
JUEVES SANTO, Feria
La Misa crismal, que el obispo celebra con su presbiterio, y dentro de la cual consagra
el Santo Crisma y bendice los demás óleos, es como una manifestación de
comunión de los presbíteros con el propio obispo (cf. OGMR, 203). Con el Santo
Crisma consagrado por el obispo se ungen los recién bautizados, los confirmados
son sellados, y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los obispos y
la iglesia y los altares en su dedicación. Con el óleo de los catecúmenos, éstos se
preparan y disponen al Bautismo. Con el óleo de los enfermos, éstos reciben el alivio
en su debilidad.
Misa crismal (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., sin Cr., Pf. pr.
LECC.: vol. VII, pág. 218.
- Is 61, 1-3a. 6a. 8b-9. El Señor me ha ungido y me ha enviado para dar
la buena noticia a los que sufren y derramar sobre ellos perfume de
fiesta.
- Sal 88. R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
- Ap 1, 5-8. Nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios
Padre.
- Lc 4, 16-21. El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.
La pascua para Jesus y para nosotros. Con la Hora Intermedia de
Nona termina la Cuaresma y comienza el Triduo pascual que nos
conducirá hasta la Vigilia pascual. La Iglesia hace memoria del
paso del Señor liberando a su pueblo de la esclavitud de Egipto.
Moisés establece las prescripciones necesarias para la cena pascual.
Este día será memorable para vosotros (1 lect.). Jesús pasa
de este mundo al Padre habiendo amado a los suyos hasta el
extremo (Ev.). Pablo recuerda a los corintios la institución de la
Eucaristía, la nueva Pascua cristiana (2 lect.).
Esta celebración tendrá lugar antes del Triduo Pascual, y no precederá
inmediatamente a la Misa vespertina en la Cena del Señor.
La sagrada Comunión sólo se puede distribuir a los fieles dentro de
la Misa; a los enfermos se les puede llevar a cualquier hora.
Los fieles que han comulgado en la Misa crismal pueden también
comulgar de nuevo en la Misa vespertina de la Cena del Señor.
Hoy sólo se permiten la Misa crismal y la Misa vespertina de la
Cena del Señor.
Según la costumbre tradicional en la Liturgia latina, la bendición del
óleo de los enfermos se hace antes del final de la Plegaria Eucarística;
la del óleo de los catecúmenos y la consagración del crisma,
después de la Comunión. Sin embargo, por razones pastorales, está
permitido hacer todo el rito de bendición después de la Liturgia de
la Palabra.
Se toman y se llevan a las iglesias los nuevos óleos benditos; los viejos
se queman o se dejan que ardan en la lámpara del Santísimo.
Liturgia de las Horas: oficio de feria.
En el Oficio de lectura es aconsejable tomar el salmo 68 (viernes de
la semana III del salterio).
Martirologio: hoy se omite su lectura.
21 JUEVES SANTO EN LA CENA DEL SEÑOR
Con la Misa que tiene lugar en las horas vespertinas del jueves de la Semana Santa, la
Iglesia comienza el Triduo Pascual y evoca aquella cena en la cual el Señor Jesús, en la
noche en que iba a ser entregado, habiendo amado hasta el extremo a los suyos que
estaban en el mundo, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del
pan y del vino y los entregó a los apóstoles para que los sumiesen, mandándoles que
ellos y sus sucesores en el sacerdocio también lo ofreciesen (CO, 297).
Toda la atención del espíritu debe centrarse en los misterios que se recuerdan en la
Misa: es decir, la institución de la Eucaristía, la institución del Orden sacerdotal y el
mandamiento del Señor sobre la caridad fraterna. Son éstos los puntos que conviene
recordar a los fieles en la homilía, para que tan grandes misterios puedan penetrar
más profundamente en su piedad y los vivan intensamente en sus costumbres y en
su vida.
Misa vespertina de la Cena del Señor (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl. (mientras se canta el himno
«Gloria a Dios», de acuerdo con las costumbres locales, se
hacen sonar las campanas, que ya no se vuelven a tocar hasta
el «Gloria a Dios» de la Vigilia Pascual), sin Credo, Pf. I Eucaristía,
embolismos props. en las PP. EE. No se puede decir la
PE IV. No se dice «Podéis ir en paz».
LECC.: vol. I, pág. 97.
- Éx 12, 1-8. 11-14. Prescripciones sobre la cena pascual.
- Sal 115. R. El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
- 1Co 11, 23-26. Cada vez que coméis y bebéis proclamáis la muerte del
Señor.
- Jn 13, 1-15. Los amó hasta el extremo.
La Misa «en la Cena del Señor» celébrese por la tarde en la hora
más oportuna, para que participe plenamente la comunidad local.
En ella pueden concelebrar todos los presbíteros, aunque hayan ya
concelebrado en la Misa crismal o deban celebrar una Misa para el
bien de los fieles, y los ministros ejercer su oficio.
Según una antiquísima tradición de la Iglesia, este día están prohibidas
todas las Misas sin pueblo.
Donde verdaderamente lo exija el bien pastoral, el Ordinario del
lugar puede permitir la celebración de otra Misa por la tarde en la
iglesia u oratorio, y en caso de verdadera necesidad, incluso por la
mañana, pero solamente para los fieles que de ningún modo puedan
participar en la Misa vespertina. Cuídese que estas Misas no se
celebren para favorecer a personas privadas o a grupos particulares
y no perjudiquen en nada a la Misa principal.
El sagrario ha de estar completamente vacío al inicio de la celebración.
Se han de consagrar en esta Misa las hostias necesarias para la
Comunión de los fieles y para que el clero y el pueblo puedan comulgar
al día siguiente.
Será muy conveniente que los diáconos, acólitos o ministros extraordinarios
lleven la Eucaristía a la casa de los enfermos que lo deseen,
tomándola del altar en el momento de la Comunión, indicando de
este modo su unión más intensa con la Iglesia que celebra.
Terminada la Misa, se despoja el altar en el cual se ha celebrado.
Conviene que las cruces que haya en la iglesia se cubran con un
velo de color oscuro o morado. No se encenderán velas o lámparas
ante las imágenes de los santos.
No se permite cualquier otra celebración, tampoco las Misas de
difuntos, incluso la exequial.
El lavatorio de los pies, que según la tradición se hace en este día
a algunos hombres previamente designados, significa el servicio y
el amor de Cristo, que ha venido «no para ser servido, sino para
servir» (Mt 20,28). Conviene que esta tradición se mantenga y se
explique según su propio significado.
Los donativos para los pobres, especialmente aquéllos que se han
podido reunir durante la Cuaresma como fruto de la penitencia,
pueden ser presentados en la procesión de las ofrendas, mientras el
pueblo canta «Ubi caritas et amor» u otro canto apropiado.
Reserva y Adoración
Prepárese una capilla, convenientemente adornada, que invite a la
oración y a la meditación. No se pierda de vista la sobriedad y la
austeridad que corresponden a la Liturgia de estos días.
El traslado y la reserva del Santísimo Sacramento no han de hacerse
si en esa iglesia no va a tener lugar la celebración de la Pasión del
Señor el Viernes Santo. El sacramento ha de ser reservado en un
sagrario; no ha de hacerse nunca una exposición con la custodia.
El sagrario no ha de tener la forma de sepulcro.
Invítese a los fieles a una adoración prolongada del Santísimo Sacramento
en la reserva solemne durante la noche, después de la
Misa «en la Cena del Señor». En esta ocasión es oportuno leer una
parte del Evangelio de san Juan (capítulos 13-17).
Pasada la medianoche, la adoración debe hacerse sin solemnidad,
dado que ha comenzado ya el día de la Pasión del Señor.
Liturgia de las Horas: oficio pr. Comp. Dom. II.
Los que han participado en la Misa vespertina no están obligados
a celebrar Vísperas.
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