Evangelio del Martes XXVI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 27 de septiembre, 2011
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 51-56)
Gloria a ti, Señor.
Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén.
Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: “Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?”
Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió.
Después se fueron a otra aldea.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
La decisión está tomada; la peregrinación ha llegado a su destino; Jesús está frente a Jerusalén y es el momento de la encrucijada, o dar un paso atrás y dejarlo todo, o asumir con valentía las consecuencias del cumplimiento de la voluntad de Dios y la opción por el Reino.
Jesús decide entrar en Jerusalén con sus discípulos: la ciudad centro del poder político, religioso y económico. Para Jesús será lugar de tortura y de muerte, para los discípulos símbolo del fracaso.
Es el momento de la prueba y de la fidelidad de quienes han caminado con él; las actuaciones de Jesús han despertado la inquietud de Herodes y su séquito, que lo buscarán para matarlo.
Lucas nos anuncia el tema de la muerte, cuando dice: “cuando se iba cumpliendo el tiempo de que se lo llevaran al cielo”.
Esta etapa del camino estará marcada por circunstancias dolorosas y, en cierta medida, decepcionantes: El rechazo por parte de los samaritanos al negarles alojamiento antes de entrar en la ciudad y la actitud agresiva de Santiago y Juan, que quieren que baje fuego sobre la aldea.
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