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jueves, 29 de septiembre de 2011

Ordinario de la Misa: Viernes XXVI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 30 de Septiembre, 2011

Ordinario de la Misa: Viernes XXVI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 30 de Septiembre, 2011
San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia
Memoria
Tu palabra, Señor, es mi alimento
Antífona de Entrada
Que las palabras de Dios estén siempre sobre tus labios; medítalas día y noche, cumple todo lo que manda el Señor para que tu vida tenga sentido y valor.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, tú que otorgaste a san Jerónimo el don de conocer y amar profundamente la Sagrada Escritura, concédenos descubrir en tu palabra la historia de tu amor por nosotros y el camino de nuestra salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Baruc (1, 15-22)
“Reconocemos que el Señor, Dios nuestro, es justo, y todos nosotros, los habitantes de Judea y de Jerusalén, nuestros reyes y príncipes, nuestros sacerdotes, profetas y padres, nos sentimos hoy llenos de vergüenza, porque hemos pecado contra el Señor y no le hemos hecho caso; lo hemos desobedecido y no hemos escuchado su voz ni hemos cumplido los mandamientos que él nos dio.
Desde el día en que el Señor sacó de Egipto a nuestros padres hasta el día de hoy, no hemos obedecido al Señor, nuestro Dios, y nos hemos obstinado en no escuchar su voz.
Por eso han caído ahora sobre nosotros las desgracias y la maldición que el Señor anunció por medio de Moisés, su siervo, el día en que sacó de Egipto a nuestros padres, para darnos una tierra que mana leche y miel.
No hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a las palabras de los profetas que nos ha enviado y todos nosotros, siguiendo las inclinaciones de nuestro perverso corazón, hemos adorado a dioses extraños y hemos hecho lo que el Señor, nuestro Dios, reprueba”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 78
Sálvanos, Señor,
y perdona nuestros pecados.
Dios mío, los paganos han invadido tu propiedad, han profanado tu santo templo, y han convertido a Jerusalén en ruinas.
Sálvanos, Señor,
y perdona nuestros pecados.
Han echado los cadáveres de tus siervos a las aves de rapiña, y la carne de tus fieles a los animales feroces.
Sálvanos, Señor,
y perdona nuestros pecados.
Hemos sido el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que nos rodean. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a estar enojado y arderá como fuego tu ira?
Sálvanos, Señor,
y perdona nuestros pecados.
No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos.
Sálvanos, Señor,
y perdona nuestros pecados.
Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados.
Sálvanos, Señor,
y perdona nuestros pecados.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (10, 13-16)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo:
“¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza.
Por eso el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo”.
Luego, Jesús dijo a sus discípulos: “El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
En el momento en que Jesús decide entrar en Jerusalén, siente el rechazo en la ciudad de Samaria y se retira a otro poblado… Ahora lo encontramos hablando a las ciudades; en particular se dirige a Corozaín y Betsaida, ciudades de la provincia de Galilea cercanas al lago de Tiberíades.
Hasta ahora Jesús ha estado en la periferia; su predicación y misión iban dirigidas a quienes lo habían seguido en su itinerario.
Así mimo, hace referencia a Tiro y Sidón, ciudades paganas en el extremo norte, en territorio fenicio; ciudades que no profesaban la fe en el Dios proclamado por Jesús, y que fueron testigos de la misericordia comunicada por Jesús.
La comparación es de dos en dos: si en Tiro y Sidón hubieran ocurrido los hechos acontecidos en Corozaín y Betsaida, hace tiempo hubieran aceptando el Reino.
Jesús habla de un juicio, concepto conocido e interiorizado por los judíos. Ese juicio será más ligero para las ciudades paganas que para quienes han visto actuar a Jesús en nombre de Dios Padre.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, nuestros dones y haz que, iluminados interiormente por tu palabra, a ejemplo de san Jerónimo, nos acerquemos con fe viva a tu altar para ofrecerte el sacrificio de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de los Santos Pastores
Los santos pastores siguen
presentes en la Iglesia
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo nuestro Señor.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Jerónimo, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Tu palabra, Señor, es mi alimento. Tu palabra es el gozo y la alegría de mi corazón.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta Eucaristía que hemos celebrado en la festividad de san jerónimo ilumine, Señor, nuestro espíritu, para que podamos encontrar en tu Evangelio el camino, la verdad y la vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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