Evangelio del Viernes XXVIII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 14 de octubre, 2011
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (12, 1-7)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número, que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos:
“Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas.
Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién han de temer:
Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito:
A él sí tienen que temerlo.
¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
En todos los días anteriores hemos visto cómo Jesús nos advierte sobre la actitud hipócrita de los fariseos. A ellos les encanta que les saluden en los lugares públicos, ocupar los primeros puestos y que los reconozcan como buenos, ya que todo en ellos es apariencia externa. El rechazo de la hipocresía nos invita a hablar con franqueza, sin tener en cuenta las opiniones de las personas.
Al dar testimonio del evangelio, hay que desterrar el temor y hay que hablar con claridad. Sólo a Dios hay que temer; pero el temor de Dios no es miedo, sino reconocimiento de que todo depende de él.
Lo primero que Jesús exige es la transformación desde el interior. Dios nos mira y no nos olvida. Él cuida de los más pequeños, como de los pájaros del campo. Todo le interesa. Por lo tanto, si cuida de lo pequeño, con mayor razón cuidará de nosotros, los “discípulos de Jesús”.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús
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