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lunes, 19 de marzo de 2012

Ordinario de la Misa: Miércoles IV Semana de Cuaresma. Ciclo B. 21 de Marzo, 2012

Ordinario de la Misa: Miércoles IV Semana de Cuaresma. Ciclo B. 21 de Marzo, 2012 El Señor es compasivo y misericordioso Feria de la 4a. semana de Cuaresma Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor Antífona de Entrada Ahora, Señor, que estás dispuesto a escucharme, elevo a ti mi súplica: Respóndeme, Dios mío, según tu gran amor y tu fidelidad a las promesas. Oración Colecta Oremos: Señor, tú que recompensas al justo y perdonas al pecador que se arrepiente, ten piedad de nosotros, para que la humilde confesión de nuestras faltas nos obtenga tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén. Primera Lectura Lectura del libro del profeta Isaías (49, 8-15) Esto dice el Señor: “En el tiempo de la misericordia te escuché, en el día de la salvación te auxilié. Yo te formé y te he destinado para que seas alianza del pueblo: para restaurar la tierra, para volver a ocupar los hogares destruidos, para decir a los prisioneros: ‘Salgan’, y a los que están en tinieblas: ‘Vengan a la luz’. Pastarán de regreso a lo largo de todos los caminos, hallarán pasto hasta en las dunas del desierto. No sufrirán hambre ni sed, no los afligirá el sol ni el calor, porque el que tiene piedad de ellos los conducirá a los manantiales. Convertiré en caminos todas las montañas y pondrán terraplén a mis calzadas. Miren: éstos vienen de lejos; aquéllos, del norte y el poniente, y aquéllos otros, de la tierra de Senim. Griten de alegría, cielos; regocíjate, tierra; rompan a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y tiene misericordia de los desamparados. Sión había dicho: ‘El Señor me ha abandonado, el Señor me tiene en el olvido’. ¿Puede acaso una madre olvidarse de su creatura hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas? Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti”, dice el Señor todopoderoso. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Salmo Responsorial Salmo 144 El Señor es compasivo y misericordioso. El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas. El Señor es compasivo y misericordioso. El Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia. El Señor es compasivo y misericordioso. Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca. El Señor es compasivo y misericordioso. Aclamación antes del Evangelio Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Juan (5, 17-30) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos (que lo perseguían por hacer curaciones en sábado): “Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo”. Por eso los judíos buscaban con mayor empeño darle muerte, ya que no sólo violaba el sábado, sino que llamaba Padre suyo a Dios, igualándose así con Dios. Entonces Jesús les habló en estos términos: “Yo les aseguro: El Hijo no puede hacer nada por su cuenta y sólo hace lo que le ve hacer al Padre; lo que hace el Padre también lo hace el Hijo. El Padre ama al Hijo y le manifiesta todo lo que hace; le manifestará obras todavía mayores que éstas, para asombro de ustedes. Así como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a quien él quiere dársela. El Padre no juzga a nadie, porque todo juicio se lo ha dado al Hijo, para que todos honren al Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre. Yo les aseguro que, quien escucha mi palabra y cree en el que me envió, tiene vida eterna y no será condenado en el juicio, porque ya pasó de la muerte a la vida. Les aseguro que viene la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la hayan oído vivirán. Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, también le ha dado al Hijo tener la vida en sí mismo; y le ha dado el poder de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que yacen en la tumba oirán mi voz y resucitarán: los que hicieron el bien para la vida; los que hicieron el mal, para la condenación. Yo nada puedo hacer por mí mismo. Según lo que oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: La misión de Jesús es realizar la voluntad del Padre. Las acciones de Jesús están inspiradas y legitimadas por la acción continua del Padre: crear, salvar (redimir, liberar) y santificar. En crear, salvar y santificar se manifiesta el amor de Dios. Y Jesús vino a hacer visible, tangible y posible el amor de Dios en medio de la humanidad. La voluntad de Dios es que “todos los seres humanos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” y ésa es la misión permanente de Jesús. Es precisamente lo que no podían comprender los dirigentes religiosos judíos: ¿cómo es posible que Jesús se atreva a llamar Padre (Abba, papito) a Dios, con una confianza tal que les sonaba a blasfemia, es decir, a grave ofensa a Dios? ¿Cómo es posible que se atreva a afirmar que él sabe lo que piensa, siente y hace Dios, y, más aún, que él piensa, siente y actúa como el Padre Dios? – Pero también los creyentes, seguidores de Jesús, estamos llamados a realizar en todo la voluntad de Dios. Ésa es, precisamente, nuestra misión en medio de la vida presente. Estamos llamados a prolongar la misión salvífico-liberadora de Jesús en nuestra historia. Oración sobre las Ofrendas Que el poder de este sacrificio elimine en nosotros las consecuencias del pecado y nos haga crecer en santidad de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Prefacio de Cuaresma V El camino del éxodo en el desierto cuaresmal El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor. Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu palabra, y experimentar con gozo tus maravillas. Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza: Santo, Santo, Santo… Antífona de la Comunión Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Oración después de la Comunión Oremos: No permitas, Señor, que el sacramento que hemos recibido, vaya a ser motivo de condenación, pues tu providencia lo ha instituido para salvación nuestra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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