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lunes, 12 de septiembre de 2011

Ordinario de la Misa: Martes XXIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 13 de Septiembre, 2011

Ordinario de la Misa: Martes XXIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 13 de Septiembre, 2011
Memoria de San Juan Crisóstomo
Obispo y Doctor de la Iglesia
Danos, Señor, tu bondad y tu justicia
Antífona de Entrada
El Señor lo ha llenado del espíritu de sabiduría e inteligencia, ha abierto sus labios en medio de la asamblea y lo ha revestido de gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Señor Dios, fortaleza de los que en ti confían, tú que quisiste que el obispo san Juan Crisóstomo brillara por su admirable elocuencia y por su gran fortaleza en medio de los sufrimientos, haz que su sabiduría nos ilumine y que el ejemplo de su invencible constancia nos fortalezca.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura de la primera carta del
apóstol san Pablo a Timoteo
(3, 1-13)
Hermano: Es cierto que aspirar al cargo de obispo es aspirar a una excelente función. Por lo mismo, es preciso que el obispo sea irreprochable, que no se haya casado más que una vez, que sea sensato, prudente, bien educado, digno, hospitalario, hábil para enseñar, no dado al vino ni a la violencia, sino comprensivo, enemigo de pleitos y no ávido de dinero; que sepa gobernar bien su propia casa y educar dignamente a sus hijos.Porque, ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de Dios quien no sabe gobernar su propia casa?
No debe ser recién convertido, no sea que se llene de soberbia y sea por eso condenado como el demonio. Es necesario que los no creyentes tengan buena opinión de él, para que no caiga en el descrédito ni en las redes del demonio.
Los diáconos deben, asimismo, ser respetables y sin doblez, no dados al vino ni a negocios sucios; deben conservar la fe revelada, con una conciencia limpia. Que se les ponga a prueba primero y luego, si no hay nada que reprocharles, que ejerzan su oficio de diáconos. Las mujeres deben ser igualmente respetables, no chismosas, juiciosas y fieles en todo. Los diáconos, que sean casados una sola vez y sepan gobernar bien a sus hijos y su propia casa. Los que ejercen bien el diaconado alcanzarán un puesto honroso y gran autoridad para hablar de la fe que tenemos en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 100
Danos, Señor,
tu bondad y tu justicia.
Voy a cantar la bondad y la justicia; para ti, Señor, tocaré mi música. Voy a explicar el camino perfecto. ¿Cuándo vendrás a mí?
Danos, Señor,
tu bondad y tu justicia.
Quiero proceder en mi casa con recta conciencia. No quiero ocuparme de asuntos indignos, aborrezco las acciones criminales.
Danos, Señor,
tu bondad y tu justicia.
Al que en secreto difama a su prójimo lo haré callar; al altanero y al ambicioso no los soportaré.
Danos, Señor,
tu bondad y tu justicia.
Escojo a gente de fiar para que vivan conmigo; el que sigue un camino perfecto será mi servidor.
Danos, Señor,
tu bondad y tu justicia.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (7, 11-17)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre.
Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: “No llores”. Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo: “Joven, yo te lo mando: Levántate”.
Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre. Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo:
“Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo”.
La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
Una mirada al mapa de Palestina en tiempo de Jesús es de gran ayuda para una mejor comprensión de este capítulo 7 de Lucas, puesto que la ubicación geográfica de los acontecimientos nos aporta elementos importantes para su comprensión y posterior aplicación a nuestra realidad.
Ahora Lucas nos ubica en Naín, una población al sur de Cafarnaún. Jesús va con sus discípulos y con la gente que le sigue. Su destino final, Jerusalén.
A la entrada de la ciudad, se encuentran con un cortejo fúnebre. Se trata del entierro del hijo único de una viuda… La muerte del hijo único conlleva casi la muerte de la madre viuda, quien queda totalmente desamparada.
Ante la escena de tristeza y desconsuelo por la muerte del joven, Jesús sintió compasión, y dijo a la mujer un “no llores” en tono de consuelo y esperanza; se acercó al féretro, tocó al joven y le ordenó que se levantara.
Ante las palabras de Jesús, el muerto vuelve a la vida y es entregado a su madre. Con este gesto de misericordia Jesús no sólo devuelve la vida al joven, sino también a su madre, quien en su condición de viuda y sin hijo quedaba totalmente desprotegida.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la conmemoración de san Juan Crisóstomo y haz que, a ejemplo suyo, sepamos ofrecerte toda nuestra vida, unida al sacrificio de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Prefacio de los Santos
Pastores
Los santos pastores siguen
presentes en la Iglesia
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Juan Crisóstomo, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Este es el siervo fiel y sensato a quien su señor ha puesto al frente de su familia, para darles la ración de trigo a su tiempo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios misericordioso, concédenos que el sacramento que hemos recibido en la festividad de san Juan Crisóstomo, nos confirme en tu amor y nos haga testigos fieles de tu verdad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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