Evangelio del Lunes XXV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 19 de septiembre, 2011
Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas 8,16-18
Gloria a ti, Señor
El candil se pone en el candelero para que los que entran tengan luz
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener."
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión
En estos tres versículos, el evangelista nos presenta un tema central para el discipulado, que Jesús viene desarrollando a lo largo del camino que ha emprendido: la luz.
La luz y la experiencia de compartirla con otros son parte importante de la vida de comunidad que está formando Jesús. Una comunidad que, teniendo la luz no la comparte, no está animada por el espíritu de Jesús.
El versículo 16, entra de lleno en el tema, afirmando que la luz es una realidad que debe resplandecer para los demás. Esto es lo que busca Jesús con sus discípulos, que encuentren la luz del Reino, se la apropien y la compartan hasta los confines del mundo. Estamos llamados a ser hombres y mujeres de luz.
El versículo siguiente afirma categóricamente, al mejor estilo de la sabiduría, que no hay nada encubierto que no vea la luz; que la fuerza del Reino tiene capacidad para disipar la oscuridad y para dejar al descubierto las realidades del anti-reino.
El texto se cierra con una advertencia: “Presten atención y oigan bien...”. En aparente contradicción se dice que al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.
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