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viernes, 23 de septiembre de 2011

Ordinario de la Misa: Sábado XXV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 24 de Septiembre, 2011

Ordinario de la Misa: Sábado XXV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 24 de Septiembre, 2011
Santa María en Sábado
Memoria libre
El Señor será nuestro pastor
Antífona de Entrada
María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.
Oración Colecta
Oremos:
Por intercesión de la santísima Virgen María, llena de gracia, cuya gloriosa memoria estamos celebrando, haz, Señor, que también nosotros podamos participar de los dones de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Zacarías (2, 5-9. 14-15)
En aquellos días, levanté los ojos y vi a un hombre con una cuerda de medir en la mano. Le pregunté: “¿A dónde vas?” El me respondió: “Voy a medir la ciudad de Jerusalén, para ver cuánto tiene de ancho y de largo”.
Entonces el ángel que hablaba conmigo se alejó de mí y otro ángel le salió al encuentro y le dijo:
“Corre, háblale a ese joven y dile: ‘Jerusalén ya no tendrá murallas, debido a la multitud de hombres y ganados que habrá en ella. Yo mismo la rodearé, dice el Señor, como un muro de fuego y mi gloria estará en medio de ella’ ”.
Canta de gozo y regocíjate, Jerusalén, pues vengo a vivir en medio de ti, dice el Señor. Muchas naciones se unirán al Señor en aquel día; ellas también serán mi pueblo y yo habitaré en medio de ti.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial
Jeremías 31
El Señor será nuestro pastor.
Escuchen, pueblos, la palabra del Señor, anúncienla aun en las islas más remotas: “El que dispersó a Israel lo reunirá y lo cuidará como el pastor a su rebaño”.
El Señor será nuestro pastor.
Porque el Señor redimió a Jacob y lo rescató de las manos del poderoso. Ellos vendrán para aclamarlo al monte Sión y vendrán a gozar de los bienes del Señor.
El Señor será nuestro pastor.
Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando; se sentirán felices jóvenes y viejos, porque yo convertiré su tristeza en alegría, los llenaré de gozo y aliviaré sus penas.
El Señor será nuestro pastor.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (9, 43-45)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos:
“Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”.
Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
Durante el camino recorrido se han ido acumulando una serie de situaciones y actitudes de Jesús, que inquietan a quienes ejercen el poder; el pasaje en cuestión se conoce como el segundo anuncio de la pasión y se narra después de la transfiguración. Éste es un momento clave para Jesús y sus seguidores, pues en el monte de la Transfiguración las figuras de Moisés y Elías entroncan a Jesús con dos grandes instituciones del Antiguo Testamento: la Ley, con Moisés como el gran legislador, y los Profetas, con Elías como su máximo representante. En Jesús encontramos mucho de las dos instituciones.
Quienes han caminado con Jesús desde la apartada Galilea hasta la gran Jerusalén y por el camino se han hecho discípulos, en la vivencia cotidiana, ahora se enfrentan a estas palabras duras e incomprensibles de Jesús, que generan en ellos un sentimiento de miedo y desconcierto.
Para muchos cristianos, la proximidad de la muerte y la entrega generosa de la vida por causa de Jesús aún causan miedo y temor al compromiso; pero Jesús nos anima a continuar el camino. Si somos verdaderos discípulos, continuaremos con el maestro hasta la mañana de nuestra pascua.

Oración sobre las Ofrendas
Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo, intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los
frutos de la redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Santa María Virgen III
María, modelo de la Iglesia
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, y alabarte en esta festividad de la Virgen María.
Porque al aceptar ella a tu Unigénito en su corazón inmaculado, mereció concebirlo en su seno virginal y, al dar a luz a Cristo, preparó el nacimiento de la Iglesia.
Porque al aceptar, junto a la cruz, el encargo de tu amor, recibió como hijos a todos los hombres, redimidos por la sangre de Cristo.
Porque al unirse a las oraciones de los apóstoles y de los discípulos, que esperaban la venida del Espíritu Consolador, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante y, desde su asunción gloriosa a los cielos, sigue mostrando su amor y protección a la Iglesia que peregrina hacia la vida eterna, hasta que venga el Señor, lleno de gloria.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos sin cesar, diciendo:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración, la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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