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martes, 20 de septiembre de 2011

Evangelio del Miércoles XXV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 21 de septiembre, 2011

Evangelio del Miércoles XXV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 21 de septiembre, 2011
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 9-13)
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo:
“Sigueme”. El se levantó y lo siguió.
Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?”
Jesús los oyó y les dijo:
“No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios.
Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
La celebración de la fiesta de San Mateo Apóstol abre un paréntesis en la lógica por la que nos trae Lucas, pero es una oportunidad para profundizar, de la mano de Mateo, la decisión de ser discípulos de Jesucristo.
La mirada de Jesús busca a Mateo, quien se encuentra en un lugar público y visible, pues su trabajo de recaudador de impuestos para el imperio así lo exige.
Jesús no sólo le dirige la mirada, sino la palabra, y no cualquier palabra; Jesús convoca, invita a Mateo a seguirle. La respuesta inmediata de Mateo no deja de sorprendernos.
A continuación de la respuesta de Mateo a la invitación de Jesús, se narra lo sucedido en la casa de Mateo, sentados a la mesa en compañía de muchos comensales publicanos y pecadores.
El cuestionamiento a Jesús no se hace esperar -“¿por qué come con publicanos?”-, y la respuesta en forma de sentencia sapiencial la ofrece él mismo: “No necesitan médico los sanos, sino los enfermos”. Unida a la respuesta, hay una exigencia y compromiso de vida, bajo el signo de la misericordia.

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