Evangelio del Sábado XXV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 24 de septiembre, 2011
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 43-45)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos:
“Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”.
Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
Durante el camino recorrido se han ido acumulando una serie de situaciones y actitudes de Jesús, que inquietan a quienes ejercen el poder; el pasaje en cuestión se conoce como el segundo anuncio de la pasión y se narra después de la transfiguración. Éste es un momento clave para Jesús y sus seguidores, pues en el monte de la Transfiguración las figuras de Moisés y Elías entroncan a Jesús con dos grandes instituciones del Antiguo Testamento: la Ley, con Moisés como el gran legislador, y los Profetas, con Elías como su máximo representante. En Jesús encontramos mucho de las dos instituciones.
Quienes han caminado con Jesús desde la apartada Galilea hasta la gran Jerusalén y por el camino se han hecho discípulos, en la vivencia cotidiana, ahora se enfrentan a estas palabras duras e incomprensibles de Jesús, que generan en ellos un sentimiento de miedo y desconcierto.
Para muchos cristianos, la proximidad de la muerte y la entrega generosa de la vida por causa de Jesús aún causan miedo y temor al compromiso; pero Jesús nos anima a continuar el camino. Si somos verdaderos discípulos, continuaremos con el maestro hasta la mañana de nuestra pascua.
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